La 71ª edición de la gran cita del cine y la televisión se ha saldado con numerosos aciertos a la hora de elegir vestuario para la gran noche, pero también ha habido algún que otro tropiezo. Y es que aparecer en la alfombra roja no siempre es sinónimo del buen gusto.

El color preferido por muchas de las asistentes fue el eterno rojo, una buena apuesta de color si hablamos de glamour. Los había para todos los gustos, vaporosos, ceñidos, con escotes de infarto, pero no a todas les sienta igual de bien.

Entre las mejor valoradas está Amy Adams con un Valentino Couture en dos colores y un escote que no dejó indiferente a nadie, una decisión a la que ya nos tienen muy acostumbradas las nominadas a los Globos de Oro. Taylor Swift no optó por el rojo, pero sí por una mezcla de color favorecedora: frambuesa y negro de Carolina Herrera.

Pero no todas eligieron el rojo como color fetiche, también hubo muchas que se decantaron por el tradicional negro, una apuesta segura y poco arriesgada. Sofía Vergara vistió un voluminoso y llamativo Zach Posen, dejando su larga melena rubia suelta. Heidi Klum también eligió un negro de Marchesa, que no era nada favorecedor para su figura.

Y sin duda uno de los aciertos de la noche fue el favorecedor Lanvin de Emma Roberts que supo combinar muy bien con unos pendientes turquesa. Julia Roberts se decantó por un Dolce&Gabanna con estilo camisero que no convenció demasiado.

Uma Thurman con un vestido atado al cuello y muy ajustado de Atelier Versace y Cate Blanchett muy provocativa con su vestido de encaje de Armani, también optaron por el negro. Esta última ha sido una de las mejor valoradas.