Tener unos dientes blancos no es solo cuestión de estética sino también de salud. Contar con una dentadura sana nos permite masticar mejor los alimentos que nutren nuestro organismo.

Para lograr unos dientes sanos y blancos debes tener en cuenta una serie de hábitos básicos como lavarte los dientes al menos tres veces al día, complementándolo con hilo dental y colutorios. Es importante que acudas a tu dentista antes de elegir los productos ya que él te dirá cuáles son los mejores para tu dentadura.

También debe ponerse especial cuidado con la manera en la que te cepillas los dientes. Siempre hay que hacerlo de arriba abajo y, es muy importante, cambiar de cepillo al menos cada tres meses.

Otro de los hábitos que debes poner en marcha es el de lograr una alimentación sana, comiendo frutas y verduras, bebiendo al menos dos litros de agua al día y evitar todos los productos que contengan azúcar. También debes evitar el tabaco, la cafeína o bebidas con colorantes artificiales.

Acudir al dentista

Si tras probar con estos pasos, ves que tus dientes no logran cambiar al blanco deseado, es el momento de ir al dentista. Es importante saber que, si bien los dientes amarillos suelen blanquear de un modo más o menos rápido, los dientes parduzcos podrían blanquear menos, y los dientes grisáceos puede que no blanqueen nada con los productos farmacéuticos.

Pero no debes tirar la toalla, existen métodos de blanqueamiento en consulta en los que el especialista emplea un agente blanqueador en los dientes cuyo efecto se incrementa con el uso de una luz especial.