Todavía existen muchos ayuntamientos que no entienden que los animales de la calle son su responsabilidad. En el caso de los gatos por ejemplo, la única manera adecuada de gestionar su población es esterilizando a todos los ejemplares posibles y cuidándolos mientras tengan que vivir de esa manera. La manera adecuada de realizarlo es mediante el método CES (Captura, Esterilización y Suelta del animal). Sin embargo, actualmente la mayor parte de las esterilizaciones de los gatos federales son llevadas acabo por particulares que, no solamente se dejan la vida cuidándolos y alimentándolos, sino que además también tienen que encargarse de capturarlos, llevarlos al veterinario y pagar la elevada cuantía que supone su esterilización.

El control de la población de los gatos federales es una medida que debe ser considerada de carácter urgente y muy importante por parte de los organismos municipales por diferentes motivos. El primero es controlar la superpoblación de estos animales y los perjuicios que causa el elevado número de los mismos en los núcleos urbanos principalmente, tanto para los propios animales como para los vecinos que comparten el espacio público con ellos y que además no suelen empatizar con su situación.

En segundo lugar, porque si nos ponemos un solo minuto en la piel de lo que a estos animales les ha tocado vivir y en sus durísimas circunstancias, nos daremos cuenta de la importancia que tiene prevenir que sigan naciendo animales en esta situación.

También es importante señalar lo que supone para las hembras estar pariendo constantemente una y otra vez, así como el estrés que les genera cada celo. Parir para ver nacer a sus hijos en la calle y en muchas ocasiones morir delante de ellas. Esto hace que al capturarlas, nos encontremos muchas veces con gatas traumatizadas, exhaustas y completamente consumidas. Dicho estado es causado por los partos continuados en muy malas condiciones. Y de hecho, los que llevamos a cabo el método CES, podemos observar como las gatas tras ser esterilizadas empiezan a mejorar de forma considerable su aspecto. Este cambio es provocado por la tranquilidad que su nueva situación les proporciona.

Y por último, es la manera más eficaz de prevenir el contagio de enfermedades y de mejorar de forma considerable su calidad de vida.