Las tortugas hibernan durante los meses de frío, pero no todo el mundo que vive con una de estas especies sabe cómo cuidarlas durante ese tiempo. Para ello, es necesario seguir unas pautas y evitar así que le suceda nada malo a la mascota.

En primer lugar, debes saber que no todas hibernan, por lo que no te sorprendas si tu tortuga no está en fase de ´brumación´, que es como se denomina en los animales de sangre fría. En caso de que la tortuga ya se encuentre hibernando en un refugio confeccionado para ello, debes inspeccionarla cada una o dos semanas para evitar problemas. De esa forma detectarás signos de infección, enfermedad o mala hibernación. También es importante no encontrar ni orina, ni heces, ni signos de depredadores.

Otro punto relevante para la hibernación de las tortugas es la temperatura. La ideal es 4´5 grados centígrados, pero es posible mantener una temperatura entre 1´5 y 7 grados centígrados. Una temperatura demasiado baja podría causar la muerte de la tortuga.

Igualmente, también debes controlar el peso de la tortuga. Un animal saludable debería perder entre el 0 y el 1 % de su peso corporal cada mes de hibernación. Por eso, hay que controlar su peso cada 30 días para comprobar si pierde gramos más rápido de lo normal.