En el primer artículo publicado hablaba de la importancia de sanar la relación existente entre humanos y animales, para poder ayudarlos de una forma real. Pero no existe posibilidad de sanar algo sino tomamos conciencia sobre nuestro poder y capacidad para lograrlo. Sabemos que esta época es la peor del año de cara al elevadísimo número de abandonos de animales en el periodo vacacional. Por eso, voy a hacer hincapié en el poder que tenemos para cambiar una vida y para cambiar la realidad de muchos animales. Si tomamos la decisión de ampliar nuestra familia con uno de estos maravillosos seres, tendremos dos opciones. La primera, sería adquirirlo comprándolo y fomentando el negocio de vidas inocentes. Este hecho conlleva consecuencias tales como que el número de animales abandonados no descienda y, por otro lado, fomenta el desarrollo de criaderos donde los animales son explotados para beneficio de los humano. La segunda posibilidad sería tomar conciencia de nuestro poder a la hora de cambiar la realidad de un animal que sufre. Una vida puede parecer poco o una vida puede serlo todo. Animales que son abandonados en la carretera sintiendo el desprecio de la persona a la que más han querido, siendo vulnerables y acompañados del calor, la soledad, el miedo y el hambre... Sumado en muchas ocasiones a los malos tratos. Animales que terminan encerrados en una jaula de una perrera, decidiendo si esperar a que llegue su número para que terminen con su vida o morir antes de pena por todo el dolor acumulado en su corazón. Si tomas esta segunda alternativa como forma de tener un compañero de vida, le vas a cambiar completamente su perspectiva, tanto enseñándole lo que significa la palabra amar y respetar como devolviéndole la confianza y la dignidad. Pero de esta forma también adquieres como persona unos valores y una integridad que fortalecerán tu autoestima y facilitarán tu desarrollo y crecimiento personal. Porque que no existe nada más gratificante y enriquecedor que dar la oportunidad de devolver el valor de la vida a alguien a quien otros le despojaron de sus derechos sin la más mínima sensibilidad.