A sus 78 años, Kenzo Takada conserva un aspecto juvenil y una agilidad envidiable, como cuando desde París revolucionó la moda de los años setenta y ochenta con llamativos colores y estampados florales, siluetas voluminosas y mezcla de tejidos. Subió Japón por primera vez a las pasarelas y en 1977 presentó uno de los desfiles más recordados de aquella época, en la discoteca neoyorquina Studio 54, con impactantes modelos, entre ellas Jerry Hall, que desfilaban cigarrillo en mano sobre una pasarela cubierta de globos, con una espectacular Grace Jones como maestra de ceremonias.

Porque Takada fue uno de los primeros diseñadores en celebrar la diversidad cultural, mucho antes de las famosas campañas publicitarias de Benetton.

Cuarenta años más tarde, Takada se muestra extremadamente tímido y reservado. "Sólo quería hacer algo diferente de todos los demás", explica de aquellos años de exceso y diversión.

Tras varios años poniendo patas arriba las pasarelas, en 1993 el grupo LVMH adquirió la firma y seis años después Kenzo Takada anunció su retiro de la moda. Ya no puede utilizar su nombre propio para sus colecciones, y sus asistentes insisten en que los periodistas sean muy cuidadosos en este aspecto.

¿No le resulta extraño que su nombre, como marca, ya no le pertenezca?

Con las grandes casas de moda que tienen detrás un legado, te das cuenta de que triunfaron porque el diseñador que las creó vivía en su momento. Si tú eres la persona que estás a cargo ahora, es importante de que te asegures de que vives en tu momento y pensar en el futuro, no en el pasado.

Cuando un conglomerado adquiere una marca emblemática, ¿hasta qué punto la personalidad de su fundador permanece?

Creo que Humberto Leon y Carol Lim (los actuales diseñadores de Kenzo) le han dado un nuevo dinamismo, aportan novedad y juventud y está bien. Me gustan especialmente las camisetas con las polaroids de Antonio López estampadas. Y por otro lado investigan en los archivos de la marca que yo creé.

¿Qué elementos hacen que una marca sobreviva en el competitivo mundo de la moda?

Debe tener sobre todo identidad. Hay altibajos en este proceso: unas veces tienes éxito, otras veces estás en espera. Pero lo fundamental es eso. Claro que se deben seguir las tendencias y estar atento a ellas, pero si no conservas tu identidad, las cosas no prosperan.

¿Quién le ha dado la mejor lección?

Empecé a estudiar literatura con 18 años, como querían mis padres, pero mi hermana, que trabajaba en una escuela de moda, me descubrió este mundo. Me fascinó y dejé la literatura. Después los compañeros de la escuela de moda me ayudaron mucho hace más de 60 años y aún somos amigos. Siempre con rivalidad, pero ellos me animaron a ir París. También tuve la suerte de tener amigos como Andy Warhol, Antonio López (el ilustrador puertorriqueño que conquistó con su cámara y convirtió en musas a las más bellas de Studio 54) y muchos otros artistas€

¿Cómo ve la moda hoy alguien que rompió moldes?

En los setenta todo era libre. Todo lo que hacíamos tenía un punto de novedad, era genial, no había reglas. Ahora hay demasiadas cosas, demasiados productos. Demasiado de todo. Como consumidor creo que hay demasiadas propuestas, todo se ha complicado.

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