La manera de contar historias de Emmanuel Carrère ha sido patentada por él mismo y es tan reconocible que a día de hoy se hace difícil hallar una prosa más precisa y una mirada más lúcida que las suyas. Su reporterismo sin artificios es de esas cosas que crean escuela y que - como las crónicas de Janet Malcolm o de Maeve Brennan- tarde o temprano aparecerán en las aulas universitarias como objeto de estudio. Bajo el título 'Conviene tener un sitio adonde ir' (Anagrama) se reúnen por fin los textos periodísticos y los ensayos literarios de este estilista del lenguaje, para brindarnos así la autobiografía fragmentada de un autor...