El destino de Olivier Saillard (Pontarlier, 1967) estaba marcado por los figurines que veía en revistas como Marie Claire y Le Jardin des Modes. Rodeado de un universo familiar de acento femenino, siendo niño realizó su propio magazín de moda, Le grand couturier. Desde su puesto de director del Palais Galliera de París, su erudición ha dado solidez a un universo como el de la moda, señalado muy a menudo por sus fuegos fatuos y los golpes de efecto.