No son colaboraciones, sino auténticas sinergias. Llevamos mucho tiempo viendo cómo la moda se hermana con el arte contemporáneo a través de patrocinios, colecciones cápsula, fundaciones o exposiciones en tiendas. Las razones son sencillas: más allá de la afinidad estética, interesa que el objeto de lujo esté firmado, además de por el diseñador en cuestión, por un artista de renombre. El aura de cada pieza sube enteros en la escala social y engrosa su nivel de exclusividad. Los vestidos que Céline propone para este verano no están meramente inspirados en Yves Klein y su famosísimo...