El olor que desprenden en ocasiones los zapatos resulta muy desagradable, sobre todo para los demás. La sudoración y el calor hacen que se generen bacterias que provocan mal olor, lo que nos puede hacer pasar un mal rato si nos tenemos que quitar los zapatos delante de alguien, el médico, por ejemplo. Para evitar este trago, te mostramos una serie de trucos caseros que funcionan.

Aceite de árbol del té

Este aceite esencial resulta muy útil en el hogar. Tiene usos medicinales, en mascotas y en limpieza. Desprende un olor muy fuerte, por lo que dos o tres gotitas en los zapatos son suficientes para acabar con las bacterias y el mal olor.

El bicarbonato de sodio

El bicarbonato de sodio es uno de los secretos mejor guardados del hogar. Tiene gran cantidad de usos, ya que absorbe manchas y humedades. Para usarlo en el calzado, vierte una cucharadita directamente en las plantillas y extiéndelo bien. Deja que actúe toda la noche y luego retíralo. El mal olor se habrá esfumado.

Sobres de té

Un sobre de té de manzanilla con canela es ideal contra los malos olores del calzado. Coloca un sobrecito en cada par y deja que actúe.

Polvos de talco

Al igual que el bicarbonato, tiene la capacidad de absorber humedades. En este caso, después de usar el calzado echa un poco de talco en las plantillas, deja que actúe durante la noche y quítalo por la mañana. Hay otra opción: aplica los polvos de talco en la planta del pie para que absorban el sudor.

Cáscaras de cítricos

Las pieles de naranjas y limones también valen para hacer desaparecer el mal olor de tus zapatos y zapatillas. Solo tienes que introducir unas cáscaras de estos cítricos en cada zapato y dejar que se ventilen toda la noche. Una solución rápida y eficaz.

Alcohol

Humedece un paño o un algodón con alcohol y limpia bien el interior de los zapatos. Repite esta operación a diario.

Salvia y lavanda

Estas dos plantas desprenden un olor muy agradable que sirve para airear el calzado. Pon en tus zapatos unas ramitas de salvia y lavanda, y déjalos en el balcón o en una ventana toda la noche. A la mañana siguiente estarán listos para usar sin bacterias malolientes.

A la nevera

Otra solución es coger los zapatos y meterlos directamente en la nevera toda la noche. El calzado debe estar bien aislado, bien en una bolsa o forrado con film transparente para evitar que se contaminen los alimentos.