A todos nos ocurre en ocasiones que al entrar en casa la vemos sosa. Estamos cansados de verla siempre igual y creemos que necesita un cambio. En esta noticia, te proponemos que la pintes, cámbiale el color y verás como parece otra. No obstante, hay que tener una serie de puntos a tener en cuenta antes de ponerse manos a la obra.

1. El color no debe ser brillante: en ocasiones vemos en revistas de hogar casas con colores tan brillantes y llamativos que los queremos para nosotros. Pese a que nos haya gustado, debemos valorar cómo es nuestra vivienda ya que los colores brillantes son más apropiados para grandes espacios y superficies. Si pintas de color brillante una habitación pequeña te dará sensación de agobio.

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2. Todo a juego: si el sofá, la alfombra y la pared tienen el mismo color, es necesario cambiar la monocromía con algún elemento diferente para que no exista esta integración no deseada en la que nada destaca. Es recomendable emplear distintos tonos para cada cosa, así que si estás pensando en pintar elige un color que rompa con la decoración.

3. Elegir lo seguro: el color de tú hogar debe estar regido por tu gustos personales. Elige algo porque te guste, no porque sea una apuesta segura. Si hay que volver a pintar, se pinta, pero el resultado es lo que importa.