Las cuatro estaciones protagonizan los bordados de punto de cruz con que el diseñador sueco Johan Lindsten ha tapizado sus asientos para Cappellini, de aires decididamente retro. También es antigua la manera en que Bo ­Reudler ­estampa flores frescas sobre tejido para decorar paredes, con un resultado tan ­poético como contemporáneo. El mundo vegetal, que había sido desterrado por el minimalismo, ha vuelto al interior de las casas, ya sea en tapizados, en muebles que recuerdan flores, como la butaca Odea de Roche Bobois, o también en piezas más inesperadas, como los quemadores de Smeg.

Una vuelta de tuerca al concepto de huerto en la cocina, que cada vez tiene más productos para hacerlo realidad, es la desarrollada por la firma Rossana en colaboración con la start-up italiana BioPic a base de leds y fibras vegetales que aumentan su volumen hasta seis veces cuando entran en contacto con el agua, para que la verdura crezca junto a los fogones. Más fresco, imposible.