Recién llegado a la conselleria de Economía, el vicepresidente José Ignacio Aguiló preguntó por el horario. El suyo se está consumiendo a marchas forzadas. Menciono la dudosa laboriosidad, y me corrigen que no confunda la falta de dedicación con falta de capacidad. El profesor no gana para sustos, y proceden de sus propias filas.

¿Qué pensaríamos de un vicepresidente económico que se entera de la fecha de presentación de los Presupuestos el mismo día que la oposición, cuando Mio Cid Bauzá lo anuncia en el Parlament? Se desmonta así la patraña de que el Govern no disponía de las entregas a cuenta del Estado, la coartada para esperar al 20-N. Si no les he sacudido el escepticismo sobre la consumición o consumación de Aguiló, examinen con algún detenimiento nuestra ilustración de hoy. El vicepresidente comparece ante el Parlament, en sesión vespertina. Joaquín García, de la estrambótica Oficina de Control Presupuestario y antes de Vicente Grande, lo observa con una mezcla de ambición y descreimiento. La sucesión tiene esos ojos, acribillar viene de cribar. Ya lo sentimos, porque artículos como éste blindan a un vicepresidente para la eternidad.

A propósito de nada, en decenas de empresas públicas se preguntan quién es Joaquín García, teórico encargado de controlarlas y concentrarlas. Y en el despacho de más de un banquero se escuchan blasfemias contra un Govern que va a mendigar crédito, tras contratar al ejecutivo de Grande que les presentó a traición la suspensión de pagos.

Los Presupuestos del Govern tienen la misma credibilidad que las cuentas de Ruiz Mateos. Por fortuna sólo han de pasar el filtro del PSOE, que se pierde en cifras que superen su número de votos. Al timón de la nave, el agotado Aguiló reclama a sus subordinados la misma virtud que ha exigido al resto de la población. En concreto, "ilusión", precisamente la virtud que él ha apurado. Es un buen remedio para aliviar una crisis de 85 mil parados y subiendo. El profesor que predicaba "palabras salvajes" en youtube no ha conseguido domar la política.

La dudosa designación de Aguiló empeora en el almirante jubilado que Bauzá desempolvó para la Autoridad Portuaria. O sea, que el segundo de Angel Matías pasa a primero, y el imputado en cuestión recibe la jefatura de Infraestructuras de la misma institución, al estilo Putin. Tienes que saber mucho, para lograr ese trato. Hablando de almirantes, Pita da Veiga al Consell Consultiu y Antoni Verd a la presidencia del Consell Social de la Universitat, la venganza de Bauzá en castellano contra los universitarios que le abuchearon en catalán. Que Dios nos coja aconsejados.

Bauzá considera que todo se lo debe a su imagen, y no le falta razón. Esta constatación no justifica su desprecio por el discurso político. Recientemente declaraba en Madrid que el anterior Govern "gastaba, gastaba y gastaba, y no se daba cuenta de lo que gastaba". Tal vez sobra algún "gastaba", para una conclusión tan gastada. En la declaración institucional tras el asesinato de una mujer en Andratx, pronuncia "repulsa" por triplicado, y ninguna otra palabra.

Los divorcios en el poder son un clásico del PP, por lo que informamos de que suenan campanas de separación para el hombre fuerte del Govern. Qué tiempos aquéllos, en que la esposa del president expulsaba del ejecutivo al conseller que se atrevía a cohabitar en pecado –sin yugo matrimonial– con una mujer. Hoy seríamos más laicos, salvo que existe una conselleria de la Familia que debe interceder de inmediato. ¿El Obispado, tan obsesionado con los gays laicos, también aconsejará no votar a políticos que se divorcian en cuanto pisan un coche oficial?

La situación no mejora en Cort, que ha nombrado asesor –más de 30 mil euros al año– a Antonio Enseñat Font. En 1975, el perfecto demócrata fue condenado por la colocación de un artefacto explosivo en la sede de este diario. En 1977, fue detenido en una redada de militantes de extrema derecha, siendo miembro de los Círculos Doctrinales José Antonio. Sin duda, un hombre próximo a Mateo Isern.

El penúltimo miércoles a mediodía, en uno de mis paseos por Palma para reencontrarme con las clases medias o incluso trabajadoras, diviso en la terraza de la cafetería Jaime III al joven emprendedor Pau Collado –del caso Gürtel– intercambiando experiencias con Raimundo Alabern, contratado para limpiar el Ibatur después del caso Rasputín y que acabó de protagonista de los escándalos subsiguientes.

Durante el mismo paseo, miles de personas me preguntan en qué momento percibió Rubalcaba que ETA se había acabado. Curiosamente, fue el aciago día del atentado de la T-4 en Barajas, cuando contempló la famosa foto de un desencajado Otegi en el ascensor, consciente de que se desvanecían sus expectativas electorales. Por cierto, si fue Aznar quien acabó con ETA según la extrema derecha, ¿por qué afirman al mismo tiempo que la banda sigue viva?

Para un fin de semana interminable, y si no es usted funcionario de Economía, dos películas: Margin call y Criadas y señoras, porqué nunca saldremos de la crisis económica ni sexual. Y si viaja a Londres antes de fin de año, no se pierda la portentosa exhibición de Mark Rylance en Jerusalem. Robe la entrada, si es preciso. Ni es un musical ni le preocupará demasiado, mientras contempla el estallido nuclear en escena.

Reflexión dominical amorosa: "Amor es cuando otra persona puede hacerte feliz, pero no puede hacerte desgraciado".