–¿Qué le supone dar un concierto?

–A título personal, es un ejercicio que me libera de cualquier tipo de mala vibración mental. Es una descarga de adrenalina. Piensa que es como una montaña rusa en la que te metes y una vez estás en ella ya no existe el mundo. Cuando la gente que va a verlo participa del espectáculo y disfruta, se crea un mecanismo de feedback sintiéndote el hombre más feliz cuando acaba.

–Mantiene muchos fans pero también enemigos, ¿alguno le increpa?

–No, en los conciertos no. Alguna vez que voy por la calle, puede ser. A los conciertos, la mayoría de la gente que va, va a favor, no es un espacio adecuado para increpar. Sí pueden hacer preguntas del tipo ´¿cuánto ganas?´ y cosas así.

–¿Y por la calle?

–No, por la calle, precisamente ahora me gritan ´¡Viva España!´ y ´¡Arriba España!´. Me está viniendo a la cabeza un tiempo que tenía completamente olvidado. Se ve a esta gente crecida en un espacio y no sé a qué viene. Yo entiendo que haya personas que piensen que va a cambiar el partido político que nos gobierna a partir del 20-N pero de ahí a reivindicar la época del golpe de estado me parece una salvajada. Pero bueno, ya sabe cada uno lo que tiene que hacer con su voto.

– ´El Intermedio´ está a punto de cumplir seis años de emisión, ¿alberga temor de que con el cambio de gobierno haya una confabulación contra su trabajo?

–Sí. Mi experiencia en televisión cuando gobernaba el Partido Popular era que hacían mucha presión en las televisiones privadas, mucha. Eso decían los directivos de entonces. Ahora no, ahora no ocurre eso en las privadas. Espero que esa presión no alcance más de lo que ya era cuando gobernaban. En todo caso, no me da miedo. Si quitan el programa, pues ¿qué le vamos a hacer? En el fondo, ellos no han hecho otra cosa que dirigir la voluntad popular. Si la gente quiere eso, eso es. No se puede hacer mucho. En definitiva, siempre hay gente que lucha a favor de la libertad y gente que no. Esa es la diferencia y lo demás son cuentos chinos.

–Gobierno central, comunidades y ayuntamientos no cesan de hacer recortes, ¿ve con optimismo los próximos años?

–No, los que crearon la crisis para beneficiarse de ella son los que aún tienen la sartén por el mango y los que van a poner las soluciones. Si el remedio lo van a poner quienes lo causaron y no fue accidental sino que fue en beneficio propio, entonces la crisis no va a hacer más que incrementarse. Con respecto a los recortes, estoy totalmente en contra y no creo que sean la solución. Además, coinciden con los últimos premios Nobel de Economía. No es solo una cosa ideológica sino que los grandes técnicos también opinan eso.

–El escritor Méndez Ferrín se quejaba de que pretenden devolvernos a una especie de esclavitud de la clase obrera.

–La esclavitud fue el origen, el sistema es el mismo. La esclavitud se superó porque la gente decidió que no quería seguir siendo esclava. No fue una concesión. Al final, la última palabra la tiene siempre la gente, que es la que va a decidir dónde quiere ir y de qué manera. Entristece un poco ver a las ovejas yendo al matadero por su propio pie. Sí, me entristece.

–¿La evolución del 15-M le entristece?

–No, me entristecen las reacciones de determinadas personas ahora que no se ve tanta gente en la calle con el 15-M. Aquí delante tengo unas declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid que los tacha de camorristas y pendencieros que bajo la pretensión de una democracia directa esconden un golpe de estado. Eso es lo que dice Esperanza Aguirre. Esta mujer es la más votada de este país. No sé de dónde saca lo de camorristas y pendencieros ya que se trata de gente que para no hacer daño ni siquiera hace ruido y votan en silencio.

–Elvis Presley decía que a veces resulta muy difícil vivir con una imagen, ¿usted se siente fatigado de ser Wyoming?

–Sí, desde la era digital, a mí, todo me agobia mucho. Antes, podían decir: "Mira, es famoso". Pocos se acercaban a mí para pedir un autógrafo. Ahora, con la era digital, todo el mundo quiere tener una foto. Lo van retratando todo, un gatito, una farola... y si te ven a ti, también. Esto me machaca. Yo soy una persona que siempre me ha gustado tomarme una caña en los bares, hacer una vida normal. Muchas veces, lo hacen desde el cariño pero la gente es incapaz de comprender que quieras tomarte solo una cerveza y no hacerte cien fotos. Es una tortura para cualquiera, no solo para un famoso. Sí, cada vez es más pesada la carrera de la fama.