La tinta Gorgollassa y la blanca Giró Blanc, dos variedades históricas de uva de Mallorca, vendimiadas durante siglos, siguen sin ser reconocidas por el Govern balear a través de su dirección general de Agricultura. Una antigua reivindicación de vitivinicultores isleños como Can Ribas, Can Majoral y Toni Gelabert, debido a que ambas variedades han sido, en un primer paso, autorizadas a ser plantadas por Madrid.

Se trata de una demanda legítima para los bodegueros que la apoyan, y que con iniciativa de la asociación Slow Food Illes Balears, presidida por María Solivellas, bajo el lema ´Un patrimonio a defender´, desembocó al mediodía de ayer en Can Ribas (Consell) en una presentación y cata de los denominados ´vinos prohibidos de Mallorca´, como los elaborados con Gorgollassa, correspondientes a las añadas 2005, 2006, 2007 y 2009, junto a los conseguidos con Giró Blanc, de las cosechas 2005, 2007, 2009 y 2010.

Elaborados de forma experimental, los tintos por Can Majoral (Algaida) y los blancos por Toni Gelabert (Manacor), los vinos fueron acompañados por una serie de platos realizados por el chef mallorquín Andreu Genestra, recuperado de nuevo por el Hotel Formentor, después de una estancia en Kuwait.

Durante la presentación, se hizo público un escrito enviado en noviembre pasado a la dirección general de Agricultura de la consellería de Presidencia del Govern balear por los promotores de la recuperación de las variedades Gorgollassa y Giró.

Después de una serie de cuestiones técnica y burocráticas, el escrito finaliza pidiendo que la dirección de Agricultura "se haga responsable de todas las irregularidades por las que ha pasado la autorización de estas dos variedades autóctonas mallorquinas, que publique en el BOIB la autorización y apoye a los productores, haciéndose cargo de la certificación de estos vinos, ya que las bodegas no pueden asumir las pérdidas".

Tanto para Slow Food Illes Balears como para los vitivinicultores comprometidos con la puesta de nuevo en valor de las citadas variedades de uva isleña, es necesario retomar la soberana libertad de "poder disfrutar de nuestras variedades y productos locales", y que reivindicó, en nombre de los organizadores, Llorenç Payeras, que en la finca de Can Morey, situada en Inca, recupera una antigua elaboración de queso de oveja roja mallorquina.