Anna Balletbò (Santpedor, Barcelona, 1943), que estaba embarazada de gemelos en aquel momento, relata su conversación con el Rey, sobre las siete de la tarde, tras conseguir salir del Congreso y cuenta anécdotas que ponen de manifiesto que la historia también tiene momentos "absurdos".

Balletbò, que actualmente preside la Fundación Olof Palme y forma parte del consejo de gobierno de la Corporación de los medios de comunicación de la Generalitat, recuerda que cuando el teniente coronel Antonio Tejero irrumpió en el Congreso desconocía quién era.

El diputado de UCD Juli Busquets, hoy ya fallecido, sí que lo identificó y a partir de ahí ataron cabos sobre los golpistas.

Al escuchar los disparos de los asaltantes, Balletbò confiesa que pensó por un momento que estaban "matando a los diputados por filas", y, así, instintivamente, se protegió "la barriga y la cabeza". Cuando convenció a los golpistas de que la dejaran salir, se encontró con un joven guardia civil que le cerró el paso.

"Una mujer embarazada tiene mucha autoridad. Eso lo descubrí ese día, porque tienes la autoridad que te da el esperar un hijo. Ya sabía que eran gemelos y esa autoridad, ante un guardia civil de academia, lo rompe", explica.

"Por lo tanto, cuando el chavalín me cierra con la metralleta y me dice ´vuelva adentro´, le digo: ´Haga el favor de no meterse´, y el chico bajó el arma", recuerda entre risas la diputada, que resalta que en ese ambiente de tensión en el Congreso reclamó recoger sus cosas del ropero.

Una vez fuera de la Cámara Baja, Balletbò llamó a su familia, decidió ponerse en contacto con el Rey y le encargó a su secretaria, una chica argentina muy agobiada en esos momentos, que le buscara su número. "Pues mira, he llamado a Información de Telefónica y me han dado el del Teatro de la Zarzuela", le contestó la secretaria.

Al final, recurrió al ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol, que tras interrogarle sobre la evolución de los acontecimientos en Madrid, le facilitó el contacto.

"¿Hay heridos?", asegura que le preguntó el Rey en primer lugar. "Mientras yo he estado dentro, no", respondió ella, que destaca la importancia de aquella pregunta, porque la ´salida´ del golpe hubiera sido "diferente", argumenta.

"La conversación no fue fácil, porque el Rey atendía otras llamadas y tenía que interrumpirme (...) Hablaba conmigo e iba apagando los fuegos", afirma.

"Me preguntó sobre la graduación, cuántos efectivos había dentro, fuera, sobre el ambiente... Cuando logramos acabar con las interrupciones, yo le digo: ¿Puedo preguntar yo también? ¿Usted qué piensa hacer?". "Yo tenía que saber cuál era su posición, porque tenía mi responsabilidad política, familiar y personal", se justifica la ex dirigente del PSC. Balletbò recuerda que el monarca le contestó: "El Rey está al servicio de los más altos intereses de España". Le supo "a poco".

Pero cuando ella se preguntaba adónde llevaba esa afirmación, Su Majestad añadió: "...Y (al servicio) de la democracia", y entonces se felicitó de que ambos estuvieran "en el mismo bando" e incluso se ofreció a ir a la Zarzuela a ayudarle.

"¿No dice que usted está embarazada? Váyase a casa, descanse", relata una locuaz Balletbò, que con el paso del tiempo cree que también puso su granito de arena en favor de consolidar democrática.

Y es que, tras la conversación con el Rey, la ex diputada contribuyó a "dar tranquilidad" explicando a los medios que la entrevistaban que el monarca estaba con la Constitución.

El 23-F ha dado lugar a multitud de especulaciones sobre quién estaba implicado en la preparación del golpe, y Balletbò llama la atención sobre algo que le sorprendió aquel día. "Cuando había sesión especial (en el Congreso), al final de la Carrera de San Jerónimo se ponían unas vallas, y lo normal si venías en taxi del aeropuerto, era que te dejaran allí", asegura Balletbò. "El día del golpe no había vallas. Estaba expedito (...) Habían dejado el paso limpio para que los autobuses de Tejero pudieran llegar...".