La cena había concluido, el siglo XX se resistía a morir. El magistrado estaba sentado frente a su amigo y fiscal. De repente, el juez miró fijamente a su interlocutor y le planteó:

–¿Te imaginas si hubiéramos encerrado al conseller de Cañellas en el Túnel de Sóller?

El fiscal calibró la comprometida respuesta y cambió velozmente de tercio. No hace falta especificar a qué conseller se referían. Sólo interesa consignar que, una década atrás, ningún acusado de corrupción se desmoronó. José Antonio Berastain y Jerónimo Saiz asumieron en 2007 el banquillo en representación de su Govern. Sin rechistar, pese a que una palabra suya hubiera hundido a su patrón.

Lo atribuiremos al influjo de las redes sociales, pero los juzgados son hoy un muro de las lamentaciones de facebook, con los políticos venales haciendo cola para confesar en contra de sus correligionarios. Qué tiempos, en que se ha perdido la solidaridad entre presuntos ladrones. Después del saqueo de las arcas públicas, llega la hora de los arrepentidos. Los viejos corruptos, que nunca mueren, deben llevarse las manos a la cabeza.

Al Govern de James Matas –el único expresidente regional sin pasaporte y que reúne tres millones de euros de fianza en un fin de semana– le ha abandonado incluso un familiar del exministro, el Felipe Ferré del caso Scala. Los consellers de Cañellas hubieran dado la vida por él, Rosa Estarás negó por última vez a su antiguo jefe la semana pasada. En el recuento de arrepentidos, se olvida que Matas confesó ante José Castro la evasión de cientos de miles de euros al fisco, una contrición cruel para el político más perfecto de Mallorca.

En diversos grados han confesado, han restituido, se han conformado, han roto la baraja o han ofrecido su colaboración Ordinas, Rodrigo de Santos, Gibert, Eugenio Hidalgo, Tomeu Vicens, Miquel Nadal, Joan Martorell o Miguel Romero. Un valiente de opereta se jactará de que antes los hacían más duros, prefiero el diagnóstico que me dio un juez italiano de mani pulite. "No se trata de meter a todos los corruptos en la cárcel, porque no cabrían. Simplemente, que confiesen los hechos, que restituyan el dinero y que jamás vuelvan a ocupar un cargo público". Por supuesto, el problema en Mallorca estriba en la devolución pecuniaria. (Cambie de asunto, que ya empieza a cargarnos con tantas confesiones verdaderas).

Así en la Mallorca de operación Cloaca como en el Alicante de Brugal, la basura es muy nutritiva para los políticos corruptos. Ya dijo Felipe González que "el Estado también se defiende en las cloacas", pero no se refería exactamente a la financiación del nacionalismo. En conclusión, la poderosa estructura del Consell no se utiliza para mejorar el servicio al ciudadano –salvo que tenga una constructora detrás–, sino para velar primero por el saqueo de fondos y para interrumpir después el derrame. La sanguijuela que se muerde la cola. En cuanto al comportamiento reprobable de algunos funcionarios, por qué no habrían de guiarse por lo que veían en escalones superiores.

Ya somos profesionales de la corrupción, gracias a lo cual podemos confeccionar estadísticas equivalentes al tráfico aéreo y turístico. Cada vez que estalla un nuevo escándalo se despliegan el plantel de políticos habituales y la empresa de costumbre, de la que cabe preguntar si se dedica esporádicamente a alguna actividad lícita. Cuando se detecta una proporción similar de contaminación en una población ganadera, se inmoviliza o se elimina a toda la cabaña.

La muerte de Rafael de Lacy, y dado que la desaparición de un político también es un acto público, invita a la parábola de que el exceso de velocidad mató a Mallorca. Si lo hemos entendido bien, primero Cort organiza con el boato y el coste subsiguiente un concurso de carteles para Sant Sebastià. El jurado de imponentes cartelistas no huele que les han colado el póster premiado en las últimas Fallas, por lo que el Ajuntament despliega de nuevo su burocracia para verificar un plagio evidente para un niño de tres años que no sea de izquierdas. De paso, el diseñador copiado exige la lógica indemnización, otro pago. A continuación, se monta una nueva farsa concursal, sufragada por los mismos ciudadanos que antes, para deshacer el entuerto. Y en el colmo del disparate, los periodistas titulamos que "Cort pagará", cuando la única formulación válida es "Los palmesanos pagarán".

En algún momento llegó a plantearse que Agustí Villaronga –ganador de catorce escasas nominaciones a los Goya con Pa negre– pudiera ser proclamado artista del año por el Govern. Por suerte, se impuso el seny y el galardón recayó sobre Joan Valent, que une a su condición de amigo íntimo de Sant Francesc d´Antich una producción artística que aplasta al mediano cineasta. Ahí están, por ejemplo, las imprescindibles sinfonías... En fin, ustedes mismos, y enhorabuena a los premiados.

En nuestra imagen de hoy para la historia de mañana, la escena de Entrelobos representa a seis imputados –Buils, Flaquer, Mulet, Munar, Nadal y Pascual–, a un preso –Vicens– y al muñidor de la muy discutible adjudicación de la recogida selectiva –Miquel Angel Borràs-. Festejan con cava la llegada de Cati Julve al departamento de basuras del Consell, en febrero de 2006. Pocos meses después se ponía en marcha el pago de facturas fraudulentas, investigado en operación Cloaca. En UM no hay ovejas inocentes.

Reflexión dominical erótica: "Nunca tenía sexo en la segunda cita".