Antoni Martorell deja la dirección de IB3, un incidente que apasiona incluso a quienes nos curamos el ocio con otras pornografías. Hablo con el director general dimitido a rastras. No consigo penetrar en las razones últimas de su retirada de la programación, pero me desgrana las heridas de su calvario de telenovela. Se cree triunfador y maltratado, una combinación intoxicadora. "Siempre he sido presunto culpable".

Digamos que hay una versión políticamente correcta del abandono –en ambos sentidos– de Martorell. "He seguido el modelo Luis Aragonés, que gana la Eurocopa y se va. Para tener valor de mercado, no he de salir masacrado". Tal vez le falta convicción al exponer su crisis abreviada, por lo que adjuntamos la versión íntegra para el horario de madrugada. "Por cuatro mil euros que me pagan al mes, no me compensa esta tortura. Dicen: ´cortamos de éste de UM, que nadie sabe qué hace aquí´. Me huelo que las cosas irán muy mal para IB3, y no tengo fuerzas ni nadie me ayudará. He quedado un poco harto".

En conclusión, se ha ido pero le han echado. "Sigo siendo militante de UM", admite a regañadientes, y me cuesta calibrar si anda más enojado con los nacionalistas o con los socialistas. Carles Manera no sólo le exigió un recorte de diez millones de euros, "que se puede efectuar al principio del proyecto, pero no cuando has contado con cien en etapas anteriores". El conseller de Economía le expuso brutalmente que, si de él dependiera, cerraría IB3 –una medida que sería coreada por el beneplácito de la mayor parte de la población de Balears–. "Es sólo un comentario", relativiza Martorell, adiestrado en la hostilidad porque el jefe de gabinete de otro miembro del Govern ya le había transmitido que "los socialistas daríamos saltos de alegría si desapareciera el canal autonómico".

Contrariado, Martorell salió con cajas destempladas del despacho de Manera y corrió a consolarse en brazos de Antich. En sus palabras, con la dimisión ya puesta. "Si me dejas una bajada razonable, me voy", le comunicó a la complaciente esfinge de Algaida, que tiene una larga relación de amistades comprometidas en IB3. De diez a tres millones por la baja, "y no le di oportunidad de que me dijera que me quedase".

Agradece la gentileza del inquilino del Consolat, pero destaca que "Antich está rodeado de gente sectaria. Tú escribiste un día si había vida inteligente alrededor del president". Bonita estrategia, escudar las críticas propias en el interlocutor. Claro que los comentarios de Martorell sobre el entorno presidencial resultan impublicables, así que mejor regresamos a su UM natal, aunque "he renunciado a mi carrera política".

–¿Por qué se ha indignado UM contigo, si te deben tantos favores?

–A lo mejor se enfadan porque he hecho una gestión profesional, y porque IB3 no ha sido una televisión de partido ni un fortín de UM. A todos los partidos se les llena la boca pidiendo una cadena pública independiente. Cuando lo es, deja de interesarles y pasan a asfixiarla.

El leal vasallo de Maria Antònia Munar cae ante una UM irreconocible y una izquierda que nunca lo aceptó. Para consolar su orfandad, presume de haber desmantelado la televisión del PP, un monstruo a la altura del Palma Arena o de la maqueta de la opereta de Calatrava. "He cumplido el encargo político del Pacto. Se olvida que en el primer informativo de IB3 salió Matas para comentar el partido del Mallorca, o que un señor de Madrid cobraba seis mil euros por sentarse una hora delante de una cámara, sin entender el mallorquín y con cascos para la traducción simultánea". Se refiere a Fernando Schwartz y a Carlos Dávila, pero olvida que su televisión ha contado con Karmele Marchante, Yola Berrocal y la eminente actriz porno Lucía Lapiedra. No está mal para un canal con doctas pretensiones, pero todos somos selectivos en el relato de nuestras experiencias.

Le menciono a Martorell problemas judiciales venideros, pero finge no entender, por lo que pasamos a un futuro profesional que debió blindar antes de abandonar el cargo público. "No tengo nada, pero me muevo a muchas bandas para lograr lo que salga, y espero que mi próximo trabajo sea mejor que el actual. Estoy llamando a gente. Tengo que aprovechar ahora, en que todavía tengo un pie dentro y otro fuera. Hoy tengo un prestigio como gestor". La autoconfianza es la primera virtud a la hora de buscar trabajo.

Según los artífices del Pacto por parte de UM, "pusimos a Martorell en IB3 porque necesitábamos a alguien con el carácter suficiente para derramar sangre, y él estaba dispuesto a hacer el trabajo sucio". El digitado no dimitió al romperse el Pacto, "porque no me lo planteé. Pensé en irme el próximo diciembre, después lo adelanté a septiembre, y me voy ahora porque la audiencia puede bajar, me recortarían el presupuesto y me obligarían a castigar a las productoras". Enternecedor, pero los hachazos al derroche se quedan cortos.

–¿No crees que la dimensión de una Televisió de Mallorca es más apropiada para Balears?

–IB3 está perfectamente dimensionada. No quiero una Televisió de Mallorca con una audiencia del 0,2 por ciento, como los canales de videntes.

Martorell se despide de ustedes, porque "más vale salir del ring antes de que te tumben, mira cómo han acabado todos los cargos de UM". Escalofriante perspectiva. De momento, Pere Terrassa será director general de IB3 sin ninguna credencial mediática. Un nuevo triunfo del periodismo balear, por mucho que ese oficio siempre haya sido secundario en la fundación y mantenimiento del canal astronómico.

Reflexión dominical biológica: "El milagro de la vida pierde una parte de su atractivo al repetirse siete mil millones de veces".