En una encuesta de este periódico a pie de calle, una de cada cuatro farmacias de Palma no dispone de la píldora del día siguiente. En cambio, en ninguna de ellas escasean las cremas bronceadoras, los suplementos vitamínicos, esponjas y demás artilugios de brujería perfectamente inútiles, como sabe todo farmacéutico que no se pasara durmiendo las asignaturas correspondientes. Si la retirada del anticonceptivo fuera un paso más en la supresión de todas las píldoras que marcará el tránsito de la oficina de farmacia a tienda de souvenirs, aprobaríamos sin rechistar. Pero existe el riesgo de que los comerciantes más privilegiados pretendan encima moralizarnos, lo cual obliga a una respuesta.

Algunas farmacias sugieren que pueden encargar la píldora en cuestión, planteando serias dudas sobre el concepto de "día siguiente" entre los profesionales del ramo. Frente a su rentable objeción de conciencia farmacológica, seguro que el hiperactivo Govern Antich ha puesto en marcha los mecanismos de inspección –farmacéuticos controlan a farmacéuticos, toda una garantía–, dado que no se habla de tenderos con entera libertad sobre sus vitrinas y escaparates, sino de beneficiarios de una ley feudal que contraviene los principios de la libre competencia. Aun aceptando el monopolio encubierto y protegido por los bufetes más postineros, se diría que el sacrosanto servicio público tan encarecido por los boticarios presenta deficiencias en un número reseñable de oficinas.

Para calibrar el tremendo sacrificio que hacen las farmacias al vender la píldora del día después –sin mencionar a las que "no tenemos"–, tampoco estaría de más que se hiciera público el volumen de negocio y beneficio de esos establecimientos. Si un farmacéutico no desea vender fármacos legales, puede probar suerte en otra profesión, como la mayoría de la población. De cundir el ejemplo, no descartemos la aparición de estancos que se niegan a vender tabaco por sus efectos secundarios. Y sí, existe algo más pintoresco que la rebelión de los farmacéuticos. La revuelta de los notarios.