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Maldeojos

Maldita Navidad

Cuando en estas fechas veo que la tele se pone tonta con la historia de las navidades, me pongo loco. Cuando veo que se pone moña, me pongo fiero. Soportar la ñoñería a la que nos someten, me supera. Tengo poderosas razones para detestar estos tiempos en los que se multiplica el dolor y se agranda la herida

A la izquierda, Miguel Bosé, el de los ´especiales´. A la derecha, Antonia San Juan, actriz.

Conforme nos hacemos mayores es más frecuente escuchar a más gente decir que no, que estas fiestas no me gustan. Pero la mayoría, los que pueden, señor Rajoy, los que pueden, se tiran al marisco como si no hubiera un mañana. Este año tengo dos recientes, las últimas poderosas razones, para detestar estas fechas. Hay ausencias tan gordas que ningún Gordo de la navidad ni langosta fresca suplirían, es más, en esta maldita fecha se multiplica el dolor, se agranda la herida, y lo que has avanzado en la despedida se viene abajo y te ves como al principio, hipando por los rincones. Maldita navidad. Los medios, y la tele en particular, han ido creando, desde parámetros en exclusiva económicos, el mensaje de que la navidad es la época de las reuniones familiares, de la vuelta al hogar, del turrón con el que mamá te recibe cuando abre la puerta y te aprieta entre sus brazos al regresar a casa como, como estudiante, como emigrante, sí, ministro Dastis, nada de viajes de espíritus inquietos . Cuando en estas fechas veo que la tele se pone tonta con la historia de la navidad, me pongo loco. Cuando veo que se pone ñoña, me pongo fiero. Quitados los casos concretos, personales, que pueda haber este año, que usted pueda compartir, o arrastrar de otros años, la navidad me da igual. De verdad. Pero soportar la ñoñería a la que nos someten, me supera. La otra tarde, en la 1, en España directo -prometo por mi conciencia y honor que aún se emite-, Roberto Leal, que lo hace muy bien, sin duda, con una jovialidad espontánea, nada envarada, con su pizquita de humor y retranca, cerró el programa colocando figuritas del belén navideño que se ha montado en el plató, con sus ovejitas, conejitos, pastorcitos, vaquitas, y hierbecita. La leche. No sin antes, no olvidemos que estamos en España directo, hablar del tiempo y de visitar restaurantes o dar recetas de todo tipo de comidas. Y de cantar villancicos a la virgen María en un pueblo malagueño, Casarabonela.

Peces en río

La tontería, y el montaje, y lo falso, y lo grotesco, y la vergüenza, llega con otro espacio de corte parecido, Andalucía directo, que veo al visitar a un familiar que ha elegido, por encima de cualquier otra cadena, a Canal Sur como animal de compañía. Canal Sur se vuelve majara por estas fechas. Créanme, es insufrible. El Roberto Leal de Andalucía directo es Modesto Barragán, que a veces va dando paso a conexiones de una futilidad insultante, como cuando la reportera de la redacción de Almería se va a Tíjola, por el Valle del Almanzora, y arma una crónica con cuatro vecinos que cantan al lado de una hoguera hecha con palés "pero mira cómo beben los peces en el río, pero miran cómo beben por ver a dios nacío" -que sí, que sí, que esto se canta todavía en mi tierra sin que la gente esté borracha- mientras ella le planta el micrófono a un tal Manolo, que trata de explicar no sé qué sobre no sé qué fiestas de santa Lucía. Un sindiós. No hay duda, Andalucía sigue siendo, fomentado con un descaro indignante por su tele pública, la tierra de María Santísima. El guitarreo, las palmas, las saetas, las romerías, las vírgenes y los cristos, y ahora los rancios villancicos, esculpen con mimo la imagen que luego molesta tanto de una tierra festivalera, sacristana y rancia y con un arte que no se puede aguantar que sería capaz de matar por sus santos y su niño dios. Maldita navidad. Por si faltara algo en estas fechas, hasta la Corona se pone estupenda y saca al rey para que nos dé la cena de Nochebuena con un discurso que nadie escucha, que a nadie en casa interesa, y que los medios se toman muy en serio porque al día siguiente, escrutando en el texto, el Telediario lo divide en bloques, economía, paro, terrorismo, partidos, en fin, más de diez minutos de sumario resaltando obviedades y simplezas de Felipe VI, que tuvo a bien retratarse con su familia hace unos meses para que Ana Rosa Quintana, la tertulia del corazón de María Casado en La mañana de La 1, o las Amigas y conocidas de Inés Ballester se descuernen analizando cada pliegue de la sonrisa o la dureza del gesto de la reina Letizia Ortiz, una foto de familia real deseando a los españoles felices fiestas, feliz Navidad. Maldita navidad.

Y también falaz

¿Falta algo? Claro, coño, Raphael. Y el puto tamborilero. En su lugar, como tocaba, ya que La 1 lo tiene claro, Miguel Bosé. Especial de Miguel Bosé. Un año, uno. Otro año, el otro. Y así la granja no se solivianta. Conservador un año, progresista al siguiente. No creo que sea la razón, de verdad, porque añadiría más hilaridad al estupor. Sí, claro, dirá el gerifalte de turno, también hay especiales navideños de Dani Martín y de la italiana Laura Pausini, que tirando de imaginación ha montado un repertorio que me pone los pelos del sobaco de punta por su atrevimiento vanguardista. Escuchen. Jingle bells, Blanca navidad, Feliz navidad, Adeste fideles y hasta Noche de paz. ¿Cómo se han quedado? Quizá haya que traer aquí y ahora el vídeo que por su cuenta, al margen de las televisiones, ha grabado Antonia San Juan, que ha hecho un retrato distinto de estas fiestas, que por supuesto la mayoría, pero muy mayoría, viven ajenas a su razón de ser, es decir, unas fiestas religiosas que han quedado en unas fiestas para honrar, mejor, al dios del consumo. Llama a su trabajo Navidad falaz, y así es, puro engaño, falsedad y ñoñería a raudales para encubrir el insoportable hedor de la manipulación sentimental al servicio del engranaje económico. Hasta a los de First dates se les va la pinza y emiten un First dates Christmas y los zumbados de Cuarto milenio zoom se ponen estupendos y se hacen preguntas del tipo ¿cuándo nació Jesús?, ¿qué fue la estrella de Belén? ¿por qué hay etapas de la vida del Mesías de las que apenas se sabe nada? Íker Jiménez, payo, cómete un polvorón y habla al mismo tiempo a ver si esturreas la bola, y luego te entretienes explicando su misterio. En fin, el Gordo no suple a nadie, pero un año más ha pasado de largo, el muy cabrón. Maldita navidad.

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