Estoy que lo tiro. Me podría poner estupendo y decir que la vuelta de Toñi Moreno, a la que le di tartazos verbales hasta debajo de sus muelas, ha sido más de lo mismo, y que quien lleva en sus genes un tipo de televisión no puede hacer otro. Eso es falso de toda falsedad. La prueba fehaciente, doliente y pestilente la tenemos en la brava Mercedes Milá, que lleva en sus genes un tipo de televisión -buen periodismo, buenas entrevistas- de primer nivel pero ha demostrado que en sus genes también llevaba dormida la crisálida de la tele más zafia y petarda, la más chabacana y enloquecida. Y hasta un poquito de cinismo, de pasotismo, de que de verdad le suda el bolo o como quiera que la señora lo diga, y de pérdida del norte. Se podría haber callado, pero no. Su fresca desvergüenza es tan llamativa que dice que no entiende a la gente que dice que no le parece bien la irrupción en la tele de alguien tan necio y absurdo como la hija de Isabel Pantoja porque la estulta señorita "es muy valiente". ¿En serio, Merche? Esta garrula, este aborto mediático, esta pesadilla social, esta afrenta ciudadana, esta ilustre borrica no es valiente por aceptar "un trabajo" por el que se embolsará más de 7.000 euros. Sólo faltaría que ahora ser valiente lo elevarais al cielo de los mártires como sinónimo de aguantar carros y carretas, críticas a destajo, objeciones y desprecios a una presencia que da grima. No, señora Milá, valiente hoy en día en un país arrasado por la injusticia es otra cosa si se refiere a una chica de apenas 18 años. Y usted lo sabe. Y por eso, defensas maternalistas como la suya suenan a todo lo contrario, a opinión de cobardes. Entiendo que la Merche lleve unas semanas de bolos vendiendo su regreso porque otra vez le dieron la llave número 15 de la gran marranera, pero en esa zahúrda sí es verdad que no entro. No soy tan valiente. Pero no, señora, no insulte.

Te sin te

Vuelvo atrás y recupero a Toñi Moreno, que volvió a La 1 con T con T, un nombre tonto como otro cualquiera. Podría haberse llamado La Tarde con Toñi, pero no, ha quedado en T con T, un ten con ten para olvidar Entre todos, aquel nefasto programa, impropio de una televisión pública -en Canal Sur, muy alucinante todo, se mantiene Tiene arreglo, donde Fernando Díaz el Conseguidor es la presidenta de la mesa de caridad catódica haciendo de la desgracia una basura de televisión, un bochorno diario-. En T con T se demuestra que Toñi Moreno es capaz de hacer otras cosas, y que el equipo que tiene detrás, también sabe hacerlas. Y por eso si van a Sierra Leona, en un Viaje al corazón del Ébola, el resultado es un reportaje de primer nivel, propio de una televisión pública que aspira a la excelencia. Esta crónica se emitió el miércoles por la noche como programa propio, aunque T con T ha ido dosificando el trabajo con la emisión de pequeños bloques. En ese reportaje vimos a una Toñi Moreno distinta, pero idéntica a la que conocíamos, cercana, implicada, sin maquillar, arriesgada, dispuesta a que el ébola vuelva a ser actualidad porque en África no dejó de serlo por mucho que los focos se apagaran con el traslado peliculero y posterior muerte, contada en directo, del misionero Miguel Pajares. Buen trabajo. ¿Pero qué es T con T? No es Entre todos, que ya es mucho, pero€ Pero tampoco es un programa con garra. Creo que aún están tratando, desde dentro, de averiguar qué es. Arranca con una entrevista que suele dar pie a un posterior desarrollo -la visita de Mariló Montero en el estreno salió rana. Esta señora cada vez que abre la boca la caga, pero tanta peste cansa-. Otro día invitaron a algunos de Operación triunfo. Y otro a los actores de Isabel. Suelen acabar con una tertulia. Pero€ Pues eso, que igual de deslavazado y sin fuste que me está quedando esta columna me parece T con T.

Pedro Sánchez, no te embales

Y en estas irrumpe el secretario general del PSOE Pedro Sánchez. Lo ha clavado. Nunca se habló tanto de él. Antes de nada, de liarme como creo que me estoy liando hoy, lo digo. Me pareció estupendo que llamara, ojo, no a Sálvame, sino a Jorge Javier Vázquez. No es pequeño el matiz. Aunque da igual. Alguien le dice que Jorge Javier está diciendo en directo que dejará de votar a los socialistas porque, de alguna forma, consienten salvajadas como la de Tordesillas y el toro ajusticiado por el gentío. Y Pedro Sánchez llama en directo al presentador para decirle que promoverá leyes contra el maltrato animal. Y Jorgeja vuelve al redil y asegura que, si es así, el PSOE tendrá de nuevo su voto. Por la noche, para completar la ronda, acude a la casa de Trancas y Barrancas, y Pablo Motos anuncia que Pedro Sánchez viene a divertirse al hormiguero. Otro éxito. También de audiencia. Otro berrinche, gordo, para un PP que no se esperaba "tanto populismo" y que hace que sus voceros hagan el ridículo diciendo que donde tenía que estar el líder de la oposición es en su despacho trabajando, y no viendo o saliendo en la tele. La falta de credibilidad de Alfonso Alonso o del cada vez más sobreactuado González Pons es tremenda porque lo dice alguien que está en la tele, en Espejo público, y que estará sentado en cualquier plató, ¿menos en esos programas tan populacheros? Coincido con Juan Carlos Herrero, que comenta la jugada con Mamen Mendizábal en Más vale tarde. Tanto la llamada inesperada y desconcertante a Sálvame como la entrega absoluta al espíritu de El Hormiguero forman parte de una rentable estrategia de comunicación, actos que pueden ser los primeros síntomas de que este país ha entrado en campaña electoral. Eso sí, sin cuelgues. Que no se enganche ahora el guaperas al efecto sorpresa y lo veamos platicar de madrugada con Sandro Rey, copón. Vivimos donde vivimos y la tele está ahí. ¿O sólo Pablo Iglesias sabe usar la pantalla a su favor? Por cierto, Toñi, ¿y si invitáis a Rajoy por si da la sorpresa, se deja hacer, y mientras centráis el programa descubrimos a un tipo fascinante?

La guinda

Gloria Serra

Presenta Equipo de investigación los viernes en La Sexta. Es el programa estrella de la cadena esa noche en horario de máxima audiencia. Este viernes inició nueva temporada con un asunto de actualidad, el de los Cazadores de deudas. Algo dramático en un país con cifras de paro insostenibles. Pero escuchando a su presentadora, Gloria Serra, me pongo muy nervioso. ¿Sólo yo la encuentro demasiado intensa e histriónica?