Creo que llevamos en estado de fútbol unos diez días. El espectáculo comenzó cuando a las ocho de la tarde del día 12 Cuatro transmitió la inauguración del Mundial de Fútbol, y qué quieren que les diga, vi a cachos el evento no porque me interese lo más mínimo ese negocio sino porque me barruntaba lo peor, me barruntaba que la techumbre, quizá las gradas, tal vez el mismo campo, el césped con sus muñequitos dentro se vinieran abajo por más que el día antes Dilma Rousseff dijera, con un aplomo digno de Carlos Floriano, que todo estaba preparado, cuando no, no estaba, que vi alguna crónica en la que los obreros trasegaban con hormigón, hierros, mobiliario y un sin dios que no era el de final de obras sino el de a ver quién cojones nos mandó meternos en esta. De hecho, parte del país se vino arriba y salió a la calle cuando el humillo mareante del triunfo por ser Brasil el elegido para tamaña cosa se diluyó, y los brasileños cayeron en la cuenta de que ese gasto faraónico podía llover para apagar las llamas vivas de tanta favela y niños malnutridos. Como en España, dirá cualquier brasileño con orgullo patrio. Pues sí, como aquí, donde se trata de enterrar la llamada de algunos directores de colegio que avisan de que cerrar los comedores escolares en verano supone un alto riesgo de que muchos críos no tengan, al menos, una comida decente al día. Que sí, que por más vueltas que se le dé, hay familias que pasan más necesidades que las ratas. Para TVE nada de esto es real, es decir, no existe, es decir, apenas es propio del sumario. Aunque cualquier detallito que le ocurra a los muñecos que corren de aquí para allá por el césped ha de ser tratado como merece, en titulares, sin tacañerías. ¿Ha dicho TVE que el diputado del PP gallego Román Rodríguez considera que no es bueno que los comedores escolares abran en verano para no fomentar la visibilidad de la pobreza? Por favor, qué cosas dice usted. Eso es gana de liar, de mezclar, de hacer mal uso de un medio de comunicación, eso es una bravuconada demagógica, boludo.

El pollito asustado

Ha sido decir boludo y me viene a la cabeza el pibe Leo Messi, un soseras con morrito de pollo asustado al que medio mundo idolatra mientras la UCO, esa Unidad Central Operativa de la Guardia Civil que husmea y persigue la alta delincuencia, investiga al héroe casi dios por si su desinteresado amor a las causas de la infancia dolorida en forma de partidos benéficos esconde, oh mortal, un desmedido amor por los dineros que no tienen estampada la carita de niños famélicos o enfermos sino la de monarcas de relumbre, mucho más cuando esas espuertas de dinero de aquí y de allí se vuelcan a sacas sin corazón en paraísos fiscales, che. A mí me gustaría que en los programas del corazón y crónica rosa futbolera, de gritos y machos entregados a los únicos varones por los que se permiten unas lagrimillas sin mariconadas, empezaran a tirar del pantalón, a desabrochar zapatillas, a rasgar calcetines, a ver lo que esconde la taleguilla de Ronaldo o la camiseta de Sergio Ramos, pero sobre todo que metan la nariz en los despachos de los directivos de los grandes y medianos equipos, que no se anden con pamemas, que no miren para otro lado, que no llamen a los presidentes de los clubes para echar unas risas sino para ver si se les está haciendo la piruleta a los ciudadanos, macanudos. Ya sé que hablar de esto estos días, cuando La Roja ha bajado a los infiernos, es como hablarle a los obreros de Sálvame, de Jorgeja abajo, de recortes, porque si en este país alguien sabe de eso, es Kiko Hernández, la pobre María Patiño, el insondable talento de Raquel Bollo, a los que, así, de golpe, les quitan un 10% de su salario. Cómo vivir si a los 1.000 euros al día que ganan estos gañanes del espectáculo les quitan un 10%. Es un sacrificio poco justificado cuando esta banda lo da todo para que el pueblo se divierta, como los futbolistas, así que no me venga con pataletas de que hay que tirar de la manta. La manta está tirada. Y quemada.

Los íntegros independientes

Las cifras de audiencia que está haciendo Cuatro y Telecinco con el fútbol no sólo lo justifican todo sino que lo cubren todo con un manto de complicidad y cinismo tan vil, que hablar de otra cosa que no sea lo que toca es tan irrelevante como que el papa, y eso que es Francisco el de Roma, le diga en la tele a Henrique Cymerman en su entrevista exclusiva, que su iglesia, de tener, tiene vocación de pobre. ¿Vocación de pobre? Pobre. Pues yo tengo vocación de alegrarle el PIB a Cristóbal Ricardo Montoro y a Luis de Guindos, o a Mariano Rajoy, que los resume a todos. Así que no sé si hacerme puta o cocainómano. ¿Qué tal las dos cosas? Este sector empresarial, putas y cocainómanos, va a levantar el PIB como un sexo adolescente, y en ello estoy, o me meto a puta o me meto una raya, por mí que no quede. Lo dicen los lumbreras europeos, que en vez de poner los cojones encima de la mesa y acabar de una vez por todas con el desastre que han organizado, tratan de tapar el hedor con trucos para que los hombres en la sombra sigan a lo suyo, forrándose mientras el resto apenas boquea, la madre que los parió. ¿Se han enterado de que 40 periodistas, de los grandes, de los de renombre, de los que de verdad crean estado de opinión, esos que dirigen periódicos gordos, radios, o hablan y no paran como habituales del mundo tertulia se han ido a Brasil, gratis total, a pasar unos días para ver a La Roja, y a descansar y comer en hoteles de lujo pagado todo por Iberdrola? Hemos visto en foto a José Oneto, a Olga Viza, a Luis del Olmo, a Carlos Herrera el independiente, a Melchor Miralles el insobornable, a Edurne Uriarte la íntegra, y a Ángels Barceló la intratable ¿Ustedes creen que si alguien te hace un regalo de esta envergadura está en condiciones de defender al ciudadano ante los, tal vez, atropellos de ese emporio eléctrico? Todo sea por el fútbol. Un sacrificio lo hace cualquiera.

La guinda

Esas niñas

Discursos, fajines, solemnidad, emoción, banderitas, paradas militares, música, política, alfombras rojas, Rolls Royce, caballería, entorchados, coche cubierto y descubierto, saludos, flores, Madrid, Congreso, palacio real, intercambio de cromos, la apostura de Felipe VI, la reina Letizia, y las niñas, esas niñas, una princesa ya, Leonor, y la otra infanta, Sofía. ¿Entenderían de verdad lo que vivieron el 19 de junio de 2014?