Abrigo de piel, vestido negro y zapatos de tacón. Por supuesto, limusina. Y de las blancas. Así llegó Belén Esteban a Telecinco el pasado viernes, recogida por un Jorge Javier Vázquez que intuía la audiencia millonaria que acabaría sumando su Sálvame Deluxe. La colaboradora más mediática de su programa reaparecía 18 días después de su operación de cirugía estética, cuyos resultados ya había anticipado la revista Lecturas. "Sigo siendo la de siempre", prometía la ´princesa del pueblo´ para los 3.147.000 de espectadores que la estaban viendo; uno de cada cuatro (26%) de los que miraba la televisión en ese momento.

El caluroso aplauso que se llevó nada más pisar plató emocionó a Belén Esteban, como pocas veces antes. "Yo me veo muy bien. No era consciente del grado de deterioro al que había llegado mi cara", devolvía radiante a la concurrencia. Pero su cambio, como aseguró y demostró, no ha ido más allá del físico, intacto un carácter que disparó contra María Eugenia Yagüe: "Decirle que diga los nombres de los tres médicos que han dicho que no me operaban. Sólo me ha visto un médico que Jorge me recomendó y que no me operó porque se puso malito. Nadie se ha negado a operarme. Sacáis mierda de donde no la hay".

Belén Esteban, que aseguró que pasar por el quirófano no fue una decisión fácil, ha vuelto para quedarse. "No tengo estilo a nadie. Yo soy Belén Esteban". La audiencia y la polémica está servida.