Si estuviéramos ante una historia de ciencia ficción, está claro que Apple sería esa malvada corporación que pretende dominar el mundo a base de controlar a todos los habitantes usando para ello sus dispositivos. Pero en la realidad uno diría que lo que Apple quiere es que todos los habitantes del planeta lleven un iPhone en el bolsillo. Así de simple. Lo de la dominación mundial lo dejaremos para las novelas. Yo apostaría más por la maestría empresarial.
Y es que no cabe ninguna duda de que detrás del nuevo iPhone SE, presentado esta semana en San Francisco, está la clara intención de dar un nuevo puñetazo sobre la mesa, haciendo mucho daño a sus rivales. Un iPhone por debajo de los 500 € es un torpedo en la línea de flotación de toda su competencia que, siguiendo el camino marcado precisamente por Apple, se habían tirado a la piscina de los móviles de gama alta por encima de los 700 €.
El iPhone SE, que saldrá en unas semanas en nuestro país en cuatro colores, bien podría ser el teléfono bueno, bonito y barato -bueno, no tanto- para las masas que hasta ahora se resistía a aparecer en el mercado. Con o sin dominación planetaria.
