Como ya es habitual en esta época del año, la compañía norteamericana Apple ha vuelto a destapar el tarro de las esencias con la presentación de su nuevo buque insignia: el iPhone 6s. Pero este año ha sido distinto, tanto por el dispositivo en sí como por las ventas:
Disponible de nuevo en dos versiones, normal y Plus, los nuevos teléfonos inteligentes de la gama "s" de la compañía de Cupertino son por primera vez absoluta y radicalmente distintos a sus predecesores respectivos.
Desde que en 2008 Steve Jobs presentara la segunda generación del iPhone, denominada 3G, Apple se había acostumbrado a sacar un teléfono más o menos novedoso cada dos años. Los pares tocaba iPhone nuevo, y los impares iPhone ligeramente retocado. Así era como cada nueva versión -3G, 4, 5...- era precedida por una versión "s" que poco mejoraba la anterior. Hasta ahora.
Y es que, por primera vez en la historia de la compañía, el teléfono del año impar, el "s", no es que sea solo algo mejor, sino que es un teléfono totalmente nuevo.
Pese a que en un principio pueda parecer un clon del modelo anterior, el 6, el nuevo iPhone 6s es distinto incluso en las semejanzas. Su diseño es igual, de acuerdo, pero ahí se acaban todas las similitudes. Por fuera, el nuevo cristal endurecido que protege la pantalla Retina HD es a día de hoy el más duro del mercado, y la carcasa de aleación de aluminio de serie 7.000 es la más resistente que existe gracias a la mezcla de zinc empleada en su fabricación. De hecho, este mismo aluminio es el utilizado por la industria aeroespacial por su enorme resistencia a la corrosión y su gran dureza. Pero ojo, no es indestructible...
Nuevo por fuera, nuevo por dentro
El cambio más radical de este nuevo teléfono está en su interior. El procesador de tercera generación A9 es el más avanzado que nunca habían montado. Unido a un nuevo chip gráfico y a una cámara que graba vídeo en 4K, este iPhone es el dispositivo ideal para capturar y editar vídeo.
Pese a todo lo visto hasta ahora, la auténtica novedad tiene nombre propio: 3D Touch. Esta nueva -y revolucionaria- tecnología permite que, por primera vez, un dispositivo móvil sea sensible a la presión de nuestros dedos.
La pantalla incorpora entre el cristal externo y la propia pantalla un sistema capaz de ´sentir´ la cantidad de presión que hacemos. De esta forma, por ejemplo, al hacer fuerza sobre un icono se abre un menú contextual desde el que se pueden realizar numerosas acciones de forma rápida, sin tener que abrir la propia aplicación. Estas acciones, denominadas Quick Actions permiten ahorrar muchísimo tiempo a la hora de gestionar el correo, los mensajes e incluso las imágenes.
Pero sin duda alguna los más beneficiados de esta innovadora tecnología serán los desarrolladores de videojuegos. A las posibilidades de interactuar con varios dedos ahora se une la de ejercer presión sobre la pantalla con esos mismos dedos, abriendo todo un mundo a la hora de crear apps.
Aún así, de nuevo el mercado se pregunta si el iPhone es realmente innovador o se vende por estar de moda. Lo que está claro es que en su primer fin de semana, más de 13 millones de iPhone 6s vendidos son muchos, y en esta ocasión no cabe duda de que ha sido por innovar. Incluso en el color.
