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Gente en la sombra

Konstantine Ogorodnikov: "Es un lujo entrenar en Inca y estar en un equipo español"

"Quiero ser profesional en el futuro y ahora trabajo en Inca hacia ese camino. El Constancia, al que le estoy muy agradecido, es un buen paso en esa dirección y me servirá mucho en mi aprendizaje"

Konstantine Ogorodnikov posa sentado sobre un balón de fútbol en el estadio Nou Camp de Inca, en donde juega sus partidos el Constancia.

­­ El fútbol más allá del deporte. Es una herramienta de compañerismo, sociabilidad, integración y respeto, entre otros valores. El Constancia cuenta desde hace medio año con el ruso Konstantine Ogorodnikov, de 21 años, que “ama el deporte y el fútbol en especial”. Su carácter nada tiene que ver con el frío de su lugar de origen. “Es un chico risueño, extrovertido, alegre y entregado al fútbol de manera incondicional. El compromiso que tiene es total, es muy exigente. Tanto, que le gusta mejorar día a día. Para el club de Inca, este jugador es un ejemplo de compromiso, profesionalidad e integración”, señala el Constancia asombrado por la presencia diaria de Konstantine. Está en Inca realizando un entrenamiento deportivo desde hace varios meses. Su propósito a corto plazo es hacer prácticas para integrase en el fútbol español. Entrena con el equipo de Tercera División y el de regional, además de aportar su granito de arena como ayudante de entrenador en varias categorías. Su sueño es jugar en un equipo español. En su Siberia natal comenzó en la escuela de deporte infantil de la ciudad Krasnoyarsk en 2006 hasta 2015 como Juvenil. Después se fue a la Escuela deportiva de Reserva Olímpica Rassvet desde 2015 hasta 2017 en Krasnoyarsk.

—¿Qué hace un ruso en Inca?

—Me gusta mucho el deporte y jugar al fútbol. Hacer cosas con la pelota. Soy un enamorado de este deporte. Mi intención es poder aclimatarme y jugar en un club español, en este caso el Constancia. Y luego, más adelante, ser entrenador.

—¿Cómo le han acogido sus compañeros, cuerpo técnico y directiva?

—Todos han sido muy amables conmigo y me han ayudado, por eso me gusta estar en Inca. Se trabaja mucho ya que quieren mejorar cada día más. Los entrenamientos son fuertes, aunque eso me hace muy feliz ya que se progresa de esta manera.

—¿Qué consejo le daría a un niño pequeño que juega al fútbol?

—No creo que pueda aconsejar a nadie, porque no soy el mejor futbolista del mundo [ríe]. Pregunta a Cristiano Ronaldo o Messi, no sé... Pero sí puedo decir una cosa, si tienes ganas de hacer algo en tu vida, no hace falta que sea en el fútbol, en cualquier otra cosa, si tienes ganas de hacerlo, sólo lo debes de hacer, sin miedo y ya está.

—¿Qué diferencias percibe con respecto al fútbol ruso?

—En Rusia se juega de manera más física y con el cuerpo. Más uno contra uno. En España el juego es más técnico. Me gusta más. Aquí hay que buscar en el campo a jugadores libres en una superficie rápida. Generalmente en España la gente juega al toque y se va, por eso tengo que aprender a pensar mas rápido y a ver el campo y a mis compañeros libres y desmarcados. Quiero aprender a jugar y pensar como un futbolista español.

—¿Le ha costado aclimatarse?

—Sí, la verdad es que sí. Mi principal problema es el idioma. A veces no entiendo por dónde y a dónde tengo que correr. Además, se habla muy rápido en los entrenamientos. Me voy acostumbrando. Poco a poco. En cuanto al clima, me he acostumbrado más rápido ya que en España no hace tanto frío como en Siberia. Eso me gusta mucho.

—¿Cómo empezó en el fútbol?

—En Siberia hay una ciudad que se llama Krasnoyarsk. Allí empecé en la Escuela de fútbol y deporte infantil. El entrenador Victor Spirin me enseñó mucho desde muy pequeño. Estuve en esta escuela hasta la categoría juvenil. Después me fui a otra escuela deportiva, la de Reserva Olímpica Rassvet, donde estuve dos temporadas, la 15-16 y 16-17. Al finalizar esta campaña tenía claro que quería ir a la aventura y aprender, y qué mejor que en Mallorca. El Constancia me acogió muy bien.

—¿Qué le ha llamado más la atención de Mallorca?

—La gente es muy amable y atenta. Es un lujo para mí entrenar en un equipo español y estar junto al mar y buenas playas.

—¿Ya conoce la comida típica mallorquina, como el frito?

—No, todavía no. Sí que ya he podido comer varias veces paella y me encanta.

—¿A qué aspira?

—Quiero mejorar en todos los aspectos. Aún soy joven y creo que tengo bastante margen de mejora. En resumen, crecer como deportista en general. Quiero ser profesional en el futuro y ahora trabajo en Inca hacia ese camino. Creo que el Constancia es buen paso en esta dirección y me servirá mucho en mi aprendizaje.

—¿Dónde ha jugado como futbolista amateur o profesional?

—Lo hice obviamente en Rusia, en el equipo de Tercera División que se llama Rassvet. No obstante, el fútbol allí es diferente y estoy seguro de que aquí en España hay mucho más nivel que en Rusia.

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