Es la persona necesaria en cualquier club. Es entrenador pero sirve, como lo ha ido demostrando hasta la fecha, para cualquier cometido dentro de la entidad deportiva. Asegura que como técnico busca fomentar la participación y la enseñanza, tanto deportiva como de valores. Recalca que siempre quiere ser justo con sus jugadores, aunque reconoce que a veces esto es muy difícil de conseguir. Es Sebastià Nicolau (Palma, 1978), técnico del infantil y alevín del Santa Catalina Atlético de fútbol y scouting de la primera plantilla, que milita en la Tercera División balear. Vio nacer al club rojillo, en el que lleva más de veinte años ejerciendo múltiples tareas de manera desinteresada.
-Veinte años en un mismo club, se dice rápido.
-El Santa Catalina me acogió cuando el Patronato me destituyó. Les estoy muy agradecido ya que desde el primer momento confiaron en mí, como ha quedado demostrado con el tiempo dado que campaña tras campaña me han dado más responsabilidades. Estoy muy a gusto en lo que es un gran club que no para de crecer.
-¿Siempre ha estado vinculado al fútbol?
-Sí, es mi pasión. Fui jugador en el ya desaparecido Beta y luego en el Patronato.
-Tiene desde hace más de veinte años la difícil tarea de ser entrenador en categorías de formación, ¿qué prioriza a la hora de enseñar a los niños?
-El respeto al rival siempre ha sido la premisa de mis jugadores. Luego valores, ya que lo considero fundamental en la formación y progresión del futuro futbolista y persona. Todo esto unido a la técnica y táctica con balón y sin balón. Parece que entrenar en la base es fácil, pero si quieres hacer las cosas bien hechas es laborioso.
-¿Scouting?
-Es otro trabajo, pero como me gusta el fútbol me encanta ver varios encuentros cada fin de semana. Soy el encargado de pasar información de cómo son los rivales del equipo de Tercera. Para esto voy a presenciar y grabo sus partidos. También filmo a nuestro equipo cuando juega.
-¿Qué se ve, desde la perspectiva técnica, en el análisis de un partido?
-Si es en nuestro caso se observa las cosas que se hacen bien o mal. Esto te permite rectificar en planteamientos que puedas hacer mal o explicar a los jugadores qué fallos han tenido o defectos a corregir y a mejorar. Sobre el rival, es casi lo mismo, aunque en ellos miras y explicas cuáles son sus puntos fuertes, para contrarrestarlos, y los débiles, para atacarlos y vencerlos. Lo que ocurre es que a veces una cosa es la teoría y otra la práctica. El técnico siempre me dice que yo soy uno de los brazos del proyecto por mi trabajo.
-Usted recalca que “una cosa es la teoría y otra la práctica”.
-Sí. Es evidente que esto es más complicados en todos los aspectos, tanto de asimilación como de corrección. A veces ves el vídeo tranquilamente en casa y no entiendes cómo no has podido ver ese error o cómo no has sabido corregir una faceta del encuentro, que luego quizás te ha costado la derrota.
-¿Cómo ha cambiado el fútbol desde que usted se inició hasta ahora?
-El método de trabajo y las instalaciones. Antes todo era más físico y más simple y ahora hay más técnica y trabajo con balón. Me acuerdo que cuando yo era jugador solo era correr, correr y correr. Ahora afortunadamente han cambiado las cosas. En la actualidad puedes hacer mucho físico pero a lo mejor lo haces con la pelota y con juegos divertidos y el niño apenas se da cuenta y lo hace. Cuando acaban el entrenamiento igual han corrido más que si hubieran dado todo el tiempo vueltas al campo.
-Cómo hemos cambiado, ¿verdad?
-Esto es incuestionable, como todas las cosas y la misma sociedad. Las instalaciones son totalmente modernas en comparación a las que había cuando yo jugaba hace más de veinte años. La metodología, como comentaba. En parte es normal porque vamos avanzando y aprendemos de nuestros errores. Creo que lo único que sigue igual es la pasión por este maravilloso deporte que me ha dado muchos amigos.
-¿Qué es lo que más le gratifica como entrenador?
-Enseñar a los niños día a día, cuidarlos y que en futuro, como ya sucede, me vean por la calle y me saluden; es lo más gratificante. Siempre he intentado ser justo con todos mis jugadores. Ahora mismo tengo veinte futbolistas en mi plantilla y el trato es el mismo para todos, no tengo ni titulares ni reservas. Intento rotar mucho.
-¿A qué aspira?
-Estoy muy a gusto en el Santa Catalina Atlético. Quiero seguir trabajando bien para enseñar de la mejor manera a los niños y que el club continúe creciendo.
