Sin ninguna duda, uno de los responsables de que la XI Fiesta discurriera sin ningún problema y de que todo saliera a la perfección fue el secretario general de la Federació de Futbol de les Illes Balears, Manolo Bosch. Este dirigente, que ha organizado las once ediciones de esta entrega de trofeos, contó con un grupo de colaboradores de la territorial que se desvivió para que todo rodara por el buen cauce, como así fue una edición más.

"Ha sido un evento excelente, irrepetible", dijo Manolo Bosch tras la multitudinaria entrega de trofeos. La presente edición contó con varias novedades con respecto a la anterior. "Este año hemos añadido a los campeones en categoría de prebenjamín. La intención es que cada año puedan recibir el mayor número de equipos un reconocimiento a su trabajo y labor a lo largo de toda la temporada. Además, hay ocasiones que hablamos de segundos que han quedado empatados con el primero o a escasos puntos de la primera plaza. No obstante, esto es muy complicado ya que aunque es un tema muy sencillo esto supone incrementar en 20 o más equipos la entrega de trofeos. Nos limita a hacer más cosas por el volumen que supone aumentar a los premiados, pero estamos muy satisfechos", manifestó.

Sobre la fiesta, Bosch indicó que la organización fue perfecta. "Hay un refrán que dice ´cuando una cosa funciona no la toques´. Nosotros este año introducimos pequeños cambios y la verdad es que ha sido un nuevo éxito. Está claro que es con gran diferencia la mejor fiesta del fútbol base que se hace. Estoy muy orgulloso de esta fiesta. Es muy complicado poder hacerla mejor, así de claro. Tenemos un grupo de voluntarios y así es muy fácil hacer las cosas. Tengo claro que sin ellos no podríamos hacer este tipo de eventos", opinó.

El directivo de la Balear destacó la satisfacción que supone en los organizadores ver la "sonrisa, ilusión y alegría" que tienen los niños cuando van a recibir el trofeo y cuando se van a hacer la foto. "Son momentos irrepetibles que te llenan. Luego después de cadetes ya es otra sintonía. En estas categorías de cadete hacia abajo son maravillosas. Los que juegan lo hacen porque les apasiona y les gusta", valoró.

Por último, Manolo Bosch recalcó que se tiene que seguir trabajando en pro de la deportividad. "Hay que promocionar las escuelas de padres para que ayuden al niño a jugar a fútbol, que no lo critiquen, que lo animen y lo alienten; además de ayudar a sus entrenadores. Los clubes tienen que ser de cada vez más importantes, ya que fomentan los valores. Los padres no tienen que romper esta sintonía", concluyó.