Se define como un apasionado del deporte en general, y más concretamente de los deportes acuáticos, como la natación; pero sobre todo del waterpolo. A nivel técnico, es monitor nacional de natación y natación para discapacitados, entrenador auxiliar y técnico superior de waterpolo. A nivel deportivo, fue nadador del CN San José Obrero y waterpolista del CW Balear, CN Ciutat, Illes y Mallorca WC. Es Joan Carles Gregorio, presidente y entrenador del Mallorca Waterpolo club, una entidad que ha crecido en todos los aspectos en los últimos años.
-El Mallorca WPC empezó en 2007 y diez años después parece que ya se recogen los frutos.
-La verdad es que en 2007 iniciamos un proyecto de equipo, siendo un grupo de diez amigos, algunos de ellos exjugadores de waterpolo y otros nadadores que dejaban el mundo de la natación, con la mayor de las ilusiones. Nunca pensé que a día de hoy el club iba a llegar a ser una entidad deportiva que cuenta con cerca de 90 waterpolistas y 6 equipos en competición (alevines, infantiles, cadetes, juveniles, absolutos femenino y masculino).
-¿Cómo fue el inicio?
-Los principios fueron duros, pero poco a poco el club ha ido creciendo en número de deportistas y en nivel de competición, destacando en los últimos años, con tres títulos autonómicos consecutivos en el absoluto femenino, y dos en los últimos tres años en la categoría absoluta masculina, que nos han dado derecho a disputar varias fases de ascenso.
-¿Qué retos se marcan para el futuro?
-Asegurar para el Mallorca WPC un espacio y horario de entrenamiento adecuado para la dimensión que está alcanzando, a fin de que todos los grupos de entrenamiento no se vean limitados por culpa de poco espacio o tiempo de entrenamiento y podamos ir aumentando el nivel de exigencia y competitividad en los entrenamientos. Si conseguimos esto, el siguiente reto sería el de intentar colocar a uno de nuestros equipos absolutos en categoría nacional. Todo ello sin dejar de lado la dimensión social y humana que creo que debemos de tener como club, en el que todos y cada uno de nuestros waterpolistas se sientan a gusto, que los padres se sientan parte activa del club y que nuestros entrenadores, además de buscar los éxitos y mejoras en el nivel deportivo, consigan inculcar a nuestros jugadores los valores que se buscan a través del waterpolo.
-¿Cómo se nutren de nadadores?
-Es un tema complicado, a diferencia de algunos clubs de natación o de otras comunidades, que disponen de piscina propia y cursillos de los que salen sus futuros deportistas, nosotros tenemos que utilizar otro sistema, como el del boca a boca. Los deportistas de nuestro club se lo comentan a compañeros de clase, amigos o incluso a familiares o a través de nuestras redes sociales. El problema de ello es que a menudo algunos de los chicos que empiezan tienen un nivel de natación y dominio del medio acuático muy básico, y los entrenadores de base tienen que dedicar más tiempo a enseñar a nadar que no a aspectos específicos del waterpolo.
-¿Todos valen para el waterpolo?
-Si un chico o una chica tiene un buen dominio del medio acuático, ganas de aprender, espíritu de sacrificio y constancia, tendrá cabida en nuestro club, y con toda probabilidad podrá jugar a waterpolo en las diferentes categorías. En cambio, si alguno de ellos no es constante, sacrificado o no tiene motivación, la misma competición le irá superando y le resultará dificilísimo seguir el ritmo de los compañeros o rivales.
-¿Su principal problema?
-Sin duda, la escasez de piscinas donde poder practicar nuestro deporte y el espacio de entrenamiento del que se dispone.
-¿El waterpolo es un deporte caro?
-No demasiado, pero a mi entender es más caro de lo que debería ser, ya que los chicos primero tienen que pagar un abono individual anual en el IME, aparte del alquiler de espacios de entrenamiento que paga el club mensualmente, algo que no han tenido que hacer algunas especialidades deportivas que también entrenan en instalaciones municipales. Además, tienen que pagar una ficha federativa para participar en las distintas ligas territoriales y por último pagan once cuotas muy ajustadas de precio en el club. A todo esto hay que sumarle los gastos en bañadores o gafas de natación.
-España siempre ha destacado internacionalmente, pero este deporte sigue siendo minoritario. ¿Por qué?
-Por la falta de instalaciones adecuadas y por el poco y escaso seguimiento que tenemos por parte de los medios de comunicación. Tan solo se da repercusión a este deporte durante los Juegos Olímpicos o durante algún Campeonato del Mundo.
-¿Dónde se siente más a gusto, en un despacho o en la banda de una piscina?
-Me siento a gusto en las dos situaciones, las dos son muy gratificantes, ver cómo va creciendo el club es algo que te hace sentir orgulloso y te anima a seguir trabajando en los despachos; y por otro lado, me encanta la competición y poder compartir con el equipo el día a día de los entrenamientos. Y estos últimos éxitos deportivos a pie de piscina es algo muy especial.
