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Saltos de trampolín

Entre el cielo y el agua

Los saltos atraviesan por su mejor momento, con buenos resultados a nivel nacional en las categorías de base - El trabajo conjunto entre Federación Balear de Natación, Centre de Tecnificació y el único club, el Salts Mallorca, es la clave de este éxito

Mallorca tiene saltadores. Son pocos, pero buenos. A pesar de las escasas instalaciones que existen para su práctica -Son Moix en invierno y Son Hugo en verano-, un grupo de saltadores de trampolín capitaneados por Donald Miranda se codea entre los mejores de España en las categorías base.

El salto o clavado consiste en lanzarse al agua de una piscina desde un trampolín, que puede estar a varias alturas, dependiendo de la competición y categoría del saltador. Son alturas de uno, tres, cinco y diez metros. "Es un deporte para gente atrevida y que lleve por bandera la valentía", señala el entrenador Donald Miranda. Este técnico asegura que en estos momentos la disciplina de saltos atraviesa por uno de sus mejores momentos. "Nunca habíamos estado como ahora. Trabajamos bien, ese es el secreto. El Centro de Tecnificación de la Fundació de l´Esport funciona bien y empieza a dar ya sus frutos", comentó.

En la actualidad solamente existe un club de alta específico de esta disciplina, el Salts Mallorca, en la isla. Está compuesto por Xisca Bauzá, Andreu Jaume, Cristina Inés, Matthew Wade, Adriana Abadía y Cristina Mota.

"En Mallorca puede haber una cincuentena de personas que practican el salto de trampolín. No son muchos, pero poco a poco vamos aumentando. Se hace un buen trabajo desde la base", apuntó Miranda.

El principal vivero de saltadores es la escuela de natación del Institut Municipal d´Esport de Palma (IME). "Allí los más pequeños, niños de seis años, juegan y se divierten en el agua. Aprenden, que es de lo que se trata. Entre todos esos futuros nadadores hay algunos que muestran su predisposición al salto, lanzándose a la piscina desde pequeñas alturas. Les hacemos un seguimiento durante dos a cuatro años y si han progresado lo suficiente entran luego en el club, donde se acaban de formar y se les enseña una formación más específica", relató.

Para Donald Miranda, que fue octavo en las olimpiadas de Sidney, los saltos es "como hacer acrobacias". "Somos deportistas de aire y no de agua como se nos considera. Estamos más tiempo en el aire, que es donde se nos puntúa, que en la piscina", señaló, y añadió: "Es una modalidad muy exigente y de las más injustas porque te lo juegas todo en prácticamente un segundo y medio, que es el tiempo que dura la caída desde el trampolín. Y aunque la gente piense que en este tiempo apenas te da la oportunidad de hacer algo, lo cierto es que en un segundo debes corregir y arreglar cosas que no has hecho bien".

Este entrenador apuntó que el trabajo "es posible gracias a la gran sinergia y óptima colaboración entre la Tecnificación de la Federación Balear de Natación y el Club Salts". "Todos aportan para crecer, que es de lo que se trata, y más en deportes minoritarios", finalizó.

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