Desde que nació respiró el ambiente del fútbol en su casa. Lo heredó de su padre, Tomeu, directivo del Son Sardina y de la Federación Balear, además de otras asociaciones culturales y vecinales. Tras ser aficionado y estar vinculado a este club, desde el pasado mes de junio cogió las riendas del Collerense y dice que “alucina” con las dificultades que encuentra para subsistir, especialmente la sección femenina, en un mundo que para él sigue siendo machista en muchos aspectos. Es Tolo Verd, presidente de la junta gestora del Collerense, club que cuenta con un equipo en las dos máximas categorías nacionales del fútbol femenino.
-Nuevo responsable del Collerense.
-Dirijo la junta gestora. Antes de final de año se celebrarán las elecciones a la presidencia y si no surge ningún problema saldremos nosotros. Queremos seguir cuatro años más para, por lo menos, acabar este trabajo que estamos haciendo ahora. Somos un equipo de ocho personas que nos llevamos bien y que trabajamos en pro de este club.
-Sigue habiendo nostálgicos emprendedores.
-Me imagino de que sí. Nosotros somos un grupo que nos repartimos el trabajo y cada uno se encarga de una parcela. Todo, obviamente, de manera altruista. El anterior presidente, Pep Forteza, se fue y alguien tenía que coger las riendas.
-Son ustedes unos valientes.
-No crea. Dejarlo todo se nos ha pasado por la cabeza muchas veces. Y más en los últimas semanas. Se hace mucho trabajo que no se ve y que no está nada valorado ni reconocido.
-¿Y eso?
-Por la falta de ayudas y recursos que tenemos, principalmente en el fútbol femenino. Estamos en la máxima categoría nacional, la Primera División, y prácticamente no existimos para nadie. Pasamos auténticas penurias económicas y las grandes firmas nos han cerrado las puertas. No sé por qué. La gente se asusta porque cuando vas a pedir colaboración les dices que estás en Primera y se piensan que les pediremos como si fuéramos el Mallorca, cien o doscientos mil euros.
-¿Y qué necesitan?
-Un patrocinador de treinta mil o tres de diez mil nos salva la temporada. No tenemos gastos, ya que los reducimos al máximo. Hablamos de unas jugadoras de primer nivel, algunas de ellas internacionales, que si hacen cuentas les cuesta dinero jugar.
-¿Por dónde pasa la solución?
-No lo sé. He hablado con el presidente de la Federación, Miquel Bestard, y con las instituciones. Tengo claro que si no nos ayudan a promocionar un poco el fútbol femenino desapareceremos. Llevamos siete años en la elite y parece que no existimos. Un ejemplo muy triste y fuerte es que he tenido una reunión con un político de los que han entrado ahora, que me dijo: ‘Me he enterado de que hay fútbol femenino porque tú me lo has dicho’. Estas palabras te hunden.
-¿Y subvenciones?
-No ha salido aún la convocatoria de la subvención para la temporada 2015-16, ni saben cuándo saldrá. Eso sí, ya nos han dicho que será menos de lo que se ha ido recibiendo. Es muy triste subsistir de subvenciones.
-¿Si fuera un equipo masculino sería diferente?
-Nos hemos movido mucho. Supongo que vamos donde va toda la gente. Sin embargo, con una diferencia: que el masculino ha sacado dinero y nosotros no. Nos dicen que sí y luego es que no. Concesionarios, aerolíneas, clínicas privadas, cadenas hoteleras... dan mucho dinero al deporte. Nos dicen que no tienen dinero, pero luego ves que firman convenios con otros clubes. Tengo claro que la gente no quiere saber nada de nosotros. En Balears sólo hay tres equipos en la máxima categoría, el Palma Futsal, el Xelska en gimnasia y nosotros. Nadie más. Todo lo demás, nos guste o no, está por debajo de nosotros. Tengo claro que el fútbol es muy machista, mucho.
-¿Y las jugadoras cómo lo llevan?
-Bien, lo asumen. Tenemos jugadoras que vienen de Sóller y del Port de Pollença y vienen porque les gusta el fútbol. No podemos pagarles ni la gasolina. Y en los días de partido todo lo que es Barcelona, Valencia y Madrid viajamos el mismo día. Cogemos el avión a las 7 de la mañana y volvemos a las cinco de la tarde. Es que yo quisiera ver qué jugador de segunda o tercera, no ya primera como estamos nosotros, haría esto. Jugamos en otra dimensión, en otra Liga.
-Todas estas dificultades y el Collerense es un vivero de buenas jugadoras.
-Sí, y nos sentimos muy orgullosos. Patri, Maitane, Torrecilla, Melissa, Mariona y muchas más son un ejemplo de que se está haciendo un buen trabajo de base. Se darán cuenta cuando no estemos. Creo que si todas estas jugadoras no se hubieran ido, el Collerense habría podido luchar por estar entre los equipos de arriba en Primera.
-¿Colaboran los otros clubes?
-Si no nos bastaran todas las vicisitudes que tenemos, contamos con la oposición de clubes a la hora de fichar a sus jugadoras ya que nos ven como competencia. Deben tener claro que si tocamos a una niña no es para enfrentarnos a ellos, es para promocionarla y darle la oportunidad de jugar en la máxima categoría. No tenemos que ser egoístas. Se les tiene que dar la opción de salir. Y más que ahora estamos, pero no sabemos si estaremos el año que viene.
