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Cine

Del Averno a Wakanda

En poco menos de un año Black Panther y Moonlight han roto dos techos de cristal que parecían blindados. Un gran hito para los afroamericanos aunque, como ocurre a las féminas, la igualdad se antoja lejana

Cartel de Black Panther.

Estados Unidos es (sigue siendo) un país extremadamente racista. Por motivos complejos, imposibles de resumir aquí. Y sigue siendo (es) el epicentro del séptimo arte y la ficción televisiva. Black Panther ha roto un doble techo de cristal. Una película con director y mayoría de personajes afroamericanos o africanos se ha colocado entre las cinco películas más taquilleras de la historia, y además la de superhéroes más vista, superando a Los Vengadores. Moonlight, una historia de negros pobres y homosexuales obtuvo en 2017 el Oscar a la mejor película.

Es un espejismo hecho realidad, ellos pronto pondrán los pies de nuevo en tierra, lo saben. Como saben también que otros les allanaron de forma más o menos evidente el camino el siglo pasado. Como este puñado de ejemplos:

Aunque la protagonista de Imitación de la vida (John M. Stahl, 1934) es una mujer blanca (Claudette Colbert), hay una trama secundaria muy interesante de su criada (Louise Beavers) y la hija de esta (Fredi Washington). Aprovechando que la hija tiene la piel clara, intenta meterla en un colegio de blancas, hasta que la pillan. Lagrimita fácil y pica antiracista.

Stormy Weather (Andrew Stone, 1943). Musical muy entretenido que repasa el envidiado talento musical y rítmico de esta etnia en las primeras décadas del XX, con intérpretes tan carismáticos como Bill Robinson, Fats Waller o Cab Calloway.

Fugitivos (Stanley Kramer, 1958). Fácil de recordar por el duelo de actores, Tony Curtis y Sydney Poitier que se fugan de una cárcel y huyen esposados. Canto, con mucha acción y conflicto, contra los prejuicios.

Sombras (John Cassavetes, 1959). Una de las mejores obras de este director de culto, en la que explora el ambientillo musical de la generación Beat con tramas personales de amistad y amoríos interraciales. Película sencilla, cool y nada pretenciosa.

En el calor de la noche (Norman Jewison, 1967); Adivina quien viene a cenar (Stanley Kramer, 1967) Entre mitad de los 50 y finales de los 60 Sidney Poitier fue EL actor afroamericano, gracias a un impactante físico y un innegable talento. La primera de estas dos películas trata de una pareja de polis (blanco-negro) investigando un crimen. La segunda es la precursora evidente de Déjame salir. Kramer no tensa tanto la historia como Jordan Peele, pero muestra con gracia y sin edulcorante las dificultades de las parejas de raza mixta.

Killer of sheep (Charles Burnett, 1978). Docudrama tipo neorrealismo italiano de posguerra adaptado a norteamerica de los 70. Dura historia de un trabajador de matadero malquerido en casa.

Abar (Frank Packard, 1977). Una serie B pura, cutre como ella sola, cuyo único mérito es ser la primera con un superhéroe de piel oscura. Es del subgénero Blaxsploitation, una de las variantes del Exploitation (películas de moda en los años 70, con ínfima calidad y temas morbosos). Entre este pelagatos Abar y el triunfante King T´Challa han rellenado el hueco Spawn (1997), The Meteor Man (1993) y la trilogía Blade (1998, 2002 y 2004).

Raíces (serie de TV, 1977). Adaptación de un bestseller de Alex Haley con gran éxito de audiencia en los países occidentales a pesar de su áspero tema, el tráfico de esclavos. Aunque abusó del melodrama, sirvió para convertir unas breves líneas de los libros de historia en algo compasible, y por ello seguro que ayudó algo a limar la xenofobia hacia sus descendientes.

Locos de remate (Sidney Poitier, 1980). Entre 1972 y 1990 Poitier dirigió nueve películas, mostrando un talento mucho más limitado que como actor. Éste filme es tontorrón, se aguanta sobre todo por la química interracial entre Gene Wilder y Richard Prior, aunque es un contrapunto curioso a los papeles tan serios que interpretó Poitier.

Nola Darling (Spike Lee, 1986). Argumento hipersencillo, una chica tiene tres amantes y no se acaba de decidir por ninguno de ellos. Historia intimista, indie, deliciosa. Primer largometraje de Lee, rodado en blanco y negro con presupuesto ínfimo; después maduró y perdió el duende.

En el siglo XXI el cine afroamericano, con filmes como Thelma, Bestias del sur salvaje, Fences, 12 años de esclavitud o Déjame salir, ha proseguido su avance, su salida del ghetto y apertura a todo tipo de audiencias. Como no ha sido nada fácil, el paso de acceder a más géneros y triunfar en ellos ha sido (es) tan significativo como merecido.

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