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Espionaje

Los luchadores por la libertad de Almudena Grandes

Los pacientes del doctor García, la cuarta entrega de los "Episodios de una guerra interminable"

Los luchadores por la libertad de Almudena Grandes

Almudena Grandes comenzó en el 2010 el ambicioso proyecto de escribir lo que ella denominó "Episodios de una guerra interminable". Su primera entrega, Inés y la alegría (Tusquets, 2010), tuvo como escenario el Valle de Arán con breves coqueteos a Asturias y a Francia, y se desarrolló en el fracasado intento de invasión de la península por las fuerzas republicanas del maquis del Mediodía francés. El lector de Julio Verne (Tusquets, 2012) fue la segunda entrega, donde los guerrilleros antifranquistas volvían a tener un papel protagonista, en esta ocasión aquellos que habían permanecido en el interior del país sin exiliarse y eran conducidos por el líder Cencerro. La tercera entrega, Las tres bodas de Manolita (Tusquets, 2014), era una muestra de cómo se sobrevivía y malvivía en las calles del Madrid de la posguerra. Las tres entregas tenían en común los héroes y heroínas, los verdugos, los villanos, los sacrificios y la represión, velada o explícita, de posguerra en la España del régimen de Franco.

Ahora ha llegado la cuarta entrega de la serie, Los pacientes del doctor García, que mantiene las constantes de las tres anteriores y añade el espionaje y contraespionaje -aunque lo que nos presenta no es espionaje profesional, sino el espionaje para la causa de la libertad de gente del común- en la época de posguerra. El doctor García, Guillermo García Medina, es el héroe de esta entrega, un superviviente republicano que vive en Madrid con una identidad falsa, que le había proporcionado su amigo Manuel Arroyo Benítez, diplomático de la II República y al que García había salvado la vida en 1937. A estos dos se suma un tercer protagonista masculino, Adrián Gallardo Ortega, un boxeador -El Tigre de Treviño, su seudónimo en el ring- enrolado en la División Azul, que desobedece la orden de Franco de regresar a España el 3 de octubre de 1943 y permanece con las Waffen-SS en la defensa de Berlín hasta que el Ejército Rojo los apresa, y que nos recuerda un poco a Miguel Ezquerra, tal y como cuenta en su autobiografía Berlín: a vida o muerte. "El soldado Gallardo comprendía de repente todas las cosas y que, sin haber muerto nunca, era ya un muerto en vida, como los hombres y mujeres a las que habían fusilado [€].

Ya no tenía país, ningún pueblo, ninguna casa a la que volver, porque había vuelto a nacer, completamente solo y empapado en sangre, en los bosques de Klooga" (p. 303), así nos definirá Almudena Grandes a ese soldado español de la División Azul, después de la derrota del III Reich.

La trama comienza cuando Manuel Arroyo Benítez regresa a España clandestinamente en 1946, con la misión secreta y peligrosa de infiltrase en una organización clandestina de evasión de criminales nazis, que dirige desde el barrio de Argüelles, en la calle Galileo 14, una mujer, Clara Stauffer -la única mujer que figuró en la lista de 104 reclamados en 1947 por el Consejo de Control Aliado al régimen de Franco, el cuál rechazó las extradiciones solicitadas, falangista, nazi, alemana, española y amiga personal de Pilar Primo de Rivera.

La red de evasión de criminales nazis

-denominada ratlines- que dirigió Stauffer era una suerte de Odessa familiar, lo que permitirá que aparezca en la novela no sólo el Madrid de la posguerra, sino también la Argentina de Perón. Madrid, Argentina y Estonia serán los escenarios.

La guerra, la posguerra, la guerra fría, el golpe de estado en Argentina en 1976 y la transición española serán los tiempos de la novela. Y los guiños permanentes a sus novelas anteriores; así, nos presentará de nuevo Casa Inés, en Toulouse, el restaurante abierto por la protagonista de su primera novela junto a su marido, el asturiano y guerrillero Galán.

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