Roger-Pol Droit es el autor del libro titulado "La filosofía explicada a mi hija". Es un reconocido filósofo francés, consejero de Filosofía de la Unesco, investigador del CNRS y responsable de Estudios Políticos de París.
Si se fijan en el título podría inducirles al error de pensar que es un libro dirigido al público adolescente, pero no es así. En realidad es un diálogo entre el propio autor y su hija Marie de 16 años. Está dirigido al público en general, aunque hace un guiño a la adolescencia para recordarnos que el asombro, la admiración, el reconocimiento de la ignorancia, el formularnos preguntas es típico de esa edad, características que no deberíamos perder al cumplir años.
Frecuentemente cuando alguien se pregunta ¿Qué es la Filosofía? se considera que es una pregunta capciosa y de elevado nivel. No seré yo quien diga lo contrario, pero sí es cierto que es inherente al ser humano tener como objetivo buscar la verdad, la felicidad, la justicia, alcanzar el conocimiento, ser la mejor persona que se pueda y buscar la respuesta a la pregunta de ¿para qué vivimos? Son preguntas a las que queremos encontrar una sola y única respuesta, pero más importante que la respuesta es la pregunta, ya que nos estimula la capacidad de reflexionar. El autor, en este caso, lo consigue de manera magistral siendo un experto en el método socrático, sabe elaborar la pregunta adecuada poniéndola en boca de su hija, que es la que representa la sed de conocimiento. Con esta metodología quiere demostrarnos que la Filosofía es una actividad y que debería ser propia de todos para poder mantenernos activos o vivos, que para el caso es lo mismo. No pretende darnos una lección de Historia de la Filosofía, a pesar de hacer un breve recorrido, sino hacer que nos asalte la curiosidad y sobre todo que nos podamos considerar todos un poco filósofos, al menos de nuestra propia vida, ya que considera que "se vive como se piensa".
Evidentemente, después de una pregunta queremos encontrar una respuesta, pero en el caso filosófico no hay una sola válida para todos, ya que debe ser un ejercicio personal. Ya lo dijo Kant en su momento: "No se aprende filosofía, se aprende a filosofar", por lo que debemos llevar al máximo nuestra actitud crítica y para ello va a ser indispensable el uso del lenguaje, el poder de las palabras, al que dedica un capítulo. De ahí la fama de los filósofos de ser muy exigentes con dar con la palabra precisa, debido a que en general se refieren a las ideas y no a los objetos. La Filosofía no es ajena a ningún campo de conocimiento porque esa actitud se puede aplicar a todo.
No puedo más que recomendarles la lectura de esta joyita, al ser un libro de introducción a la Filosofía, de fácil y entretenida lectura, desearles que encuentren una respuesta, su respuesta, y que cada día sean más filósofos, que falta nos hace.
