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Cómic

Un poco de todo

Personajes estrafalarios, literatura francesa y espada y brujería

Un poco de todo

Guy Delisle, Escapar (Astiberri). El autor, que nos tenía acostumbrados a sus amenos reportajes sobre países exóticos y a sus desventuras como (mal) padre, adopta en esta ocasión un tono más grave para narrar la odisea de un secuestrado casi en tiempo real. Consigue que sintamos cómo pasa el tiempo, segundo a segundo. Es un gran reportaje y un tebeo correcto.

Camille Jourdy, Rosalie Blum. Edición integral (La Cúpula). El estreno de su adaptación cinematográfica es una buena excusa para repasar esta encantadora narración. La autora humaniza con habilidad a sus estrafalarios personajes y el relato resulta especialmente interesante en todas las secuencias de acoso, donde adquiere aires casi propios de Hitchcock. Humor e intriga a partes iguales. Todo servido con un grafismo tan personal como delicioso.

Rutu Modan, La cena con la reina (Fulgencio Pimentel). Un sencillo cuento para niños con el ingenio habitual de la Modan. Bien dibujado y muy divertido. En tiempos de histeria alimenticia, una disparatada fábula que invita a disfrutar de la comida basura y los malos modales a la mesa. Maravilloso.

N. Gaiman, F. Moon y G. Bá, Cómo hablar con chicas en fiestas (Planeta). Un relato corto de Gaiman que parte de una premisa que todo adolescente compartiría: las chicas guapas son extraterrestres. El desarrollo roza el delirio pero los diálogos son inteligentes y el conjunto se lee con agrado. Aunque pienso que un dibujo no tan estilizado le habría ido mejor.

C. Claremont y J. Bolton, Marada, la mujer lobo y El Dragón Negro (ECC). Afortunada recuperación de dos clásicos imprescindibles. Bolton nos muestra dos momentos de su dibujo, en color y blanco y negro, siempre realista, potente, sexy y preciso. Claremont firma dos de sus más elaboradas fantasías y esto, tratándose del tipo que ha escrito los mejores guiones para X-Men, es mucho decir. La mezcla de géneros es muy excitante, con toques de espada y brujería, crítica religiosa, brujería, romance y otros componentes.

Catherine Meurisse, La Comedia Literaria (Impedimenta). Con un dibujo que nos recuerda a Reiser y a los autores más veloces del panorama humorístico francés, es un ameno repaso a los grandes nombres de la literatura gala. Arranca con muchas ganas aunque pierde algo de fuelle por el camino. Un intento muy valorable de popularizar y restar gravedad a asuntos y temas que normalmente se quedan en manos de académicos muy aburridos.

J. Lenzini y L. Gnoni, Camus. Entre justicia y madre (Norma). Una extraña aproximación a Camus. El dibujo es agradable, muy cartelístico. Pero el guión confía más en el texto que en la expresión visual de los hechos. Apenas hay un uso de los medios propios del cómic y eso afecta gravemente a la narración, que acaba resultando plomiza y poco interesante. Con todo, si sienten curiosidad por el escritor aquí encontrarán una biografía poco convencional.

F. J. Sancho y J. L. Díez Fernández, Cammino di luce (Francisco J. Sancho). Una rareza absoluta, con edición únicamente en italiano. Cuando el dibujante mallorquín Jose Luis Díez se encontró con el peregrino Francisco en el Camino de Santiago decidió que allí había una historia que contar. Y así lo hizo. Partiendo de la información que el segundo iba colgando en su blog reconstruyó el largo viaje con el que trataba de cubrir todas las rutas seguidas por los peregrinos europeos. De Polonia a Italia, de España a Francia, de los Países Bajos a Alemania y nuevamente de vuelta a Italia. A mitad de camino entre el trekking y el descubrimiento espiritual, entre el turismo y la religión, este álbum se sitúa en tierra de nadie y responde a la necesidad de testificar un impulso tan inexplicable como popular. Todos aquellos que hayan estado en el Camino de Santiago seguro que lo entenderán. En todo caso Díez cumple con su cometido y con su dibujo humorístico y sin pretensiones retrata las innumerables localizaciones aportando soltura y autenticidad.

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