Indigno de ser humano, de Osamu Dazai, muestra las consecuencias de la desconfianza entre hombres ´más o menos (en) blancos´. La impecable traducción de Montse Watkins, para la colección Al Margen de la editorial Sajalín, muestra el perfil de hombre tímido, tradicional, temeroso, de sonrisa inteligente no humana, un tanto artificial y sin sentido nacido en una familia acomodada de provincias con lo que ello conlleva.
Juegos de trenes y metros en los que dejar volar la imaginación sin tener en cuenta su verdadero fin, pasa. ¿Qué tienen estos medios que a todos los tímidamente taciturnos gusta? Breve novela que concentra toda una vida sin artificio en unas cuantas anécdotas. Desprovisto de cualquier artimaña lírica, el autor nos muestra la descarnada realidad de quien teme vivir por si algún día tiene que pedir auxilio.
Pasar por la vida como si de una lámina de fino cristal se tratase, tener miedo a las grietas producidas por uno mismo, no querer que se te tenga en cuenta por miedo a no saber afrontar las conclusiones, querer estar pero sin ser para nadie. Estas, entre otras muchas, son las claves de esta novela. Reedición de un clásico japonés, Osamu expone en este volumen su vida, esta puede ser la vida de cualquier individuo que no se percata (o no quiere percatarse, por comodidad) del grado de verdad, de cómo y por qué funciona su perímetro. ¿Qué mantiene vivo al ser humano? ¿Por qué hay que comer tres veces al día? ¿Para qué ganar dinero? ¿Por qué se comporta el humano de esa manera? ¿Por qué los jóvenes han de ser jóvenes y comportarse como tal? simplemente porque la sociedad impone? No.
Nuestro protagonista nunca fue como los demás niños, obligando esto a la construcción de a una coraza protectora que lo salvase del mundo. Niño e hijo ejemplo, con el paso del tiempo se convertirá en una bomba de relojería y es que no podemos meter más aire de la cuenta dentro de un envase limitado, terminará explotando. Cuatro cuadernos para mostrarnos el declive del hombre triste que se siente incapaz de vivir en la mentira agresiva y mutua que es para él la sociedad.
Asceta humanista, amor negado, melancolía de perro apaleado es lo que impregna al misántropo de Yozo. Aunque necesita -al igual que detesta- los ´caballos del infierno´ o mujeres, el japonés prefiere el dolor conocido y controlable que le puedan propiciar los pocos hombres con los que llega a relacionarse, al pobre punzón de cabello largo y sexo fortuito que encarna el pelo largo de tez blanca que ofrece seducción impredecible por compañía. Libro de crítica social que responde a necesidades inmediatas del humano que lucha por encajar en la sociedad que le es asignada. Ya lo cantaba aquel Funambulista: "Qué diferente ser igual, qué soledad de soledades, qué traumatismo visceral, cuanto más tienes pues ya sabes". En resumen, Indigno de ser humano es un canto a la verdad basada en la teoría y la literatura del yo y la escuela de los desencantados. Exterior impoluto frente al interior desgarrado. Drogas, sanatorio mental. Indigno ser humano.
