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Televisión

Thank you and God bless America

La historia de un presidente accidental de los Estados Unidos

Kiefer Sutherland, en una escena de ´Designated Survivor´.

Para quejarnos menos de lo difícil que resulta conciliar la vida familiar y la profesional, los EE.UU. están emitiendo una serie televisiva que nos explica lo chupado del asunto si nos organizamos como Kiefer Sutherland. Un manual de autoayuda en capítulos, con celestial musiquilla lejana de tubas y trompetas en los momentos más épicos. A primera vista, parece que va en serio la serie; a segunda, parece una pieza cómica; a tercera, te partes de risa con tanto trajín.

Un "designated survivor" (un "sucesor designado") es en USA un miembro de menor cuantía del gobierno al que separan y aíslan de sus pares y de su presidente cuando estos se reúnen en el Capitolio para abordar el debate sobre el Estado de la Unión. Si palman todos, queda alguien que asuma la presidencia, no hay vacío de poder. Papelón tan irrelevante le corresponde a Sutherland, un ministro de la Vivienda al que tenía en mente cesar enseguida el jefe del gabinete convirtiéndolo en embajador, por gris. Pues bien, el Capitolio revienta de un bombazo y nuestro hombre se convierte en presidente. A partir de ahí, todos a correr. El hijo del "survivor" trapichea y su niña, acaso por olvido de los guionistas, se evapora a las primeras de cambio. Su encantadora esposa es abogadísima y abnegada madre. Se mudan a la Casa Blanca. Voy a exagerar, pero solo un poco. Al nuevo presidente le vienen con una campaña de prensa en la que se dice que el hijo no es suyo sino de un mangante jeta que quiere sacar tajada. Tiene que salir zumbando a cesar al jefe de las Fuerzas Armadas por insubordinación. Le avisan de que han detenido en Rusia a un héroe deportivo nacional yanqui acusado de agente doble. Corre a parchear la cosa no sin antes reunirse con los representantes de varios países de Oriente Medio para que retiren flotas, suspendan bombardeos y permitan intervenciones armadas en busca de terroristas. Una pareja del FBI anda mosqueada con que del Capitolio haya sobrevivido solo un tipo, que aspira a la Vicepresidencia, aunque han de parar la investigación porque al jefazo le secuestran a su hijo. Sutherland corre por los pasillos a ver si evita un ataque biológico, si bien le frena la rebelión de un gobernador y debe ponerse a ello mandando a la Guardia Nacional (que también se le alza), no sin antes confirmar en su cargo a su ayudante y recolocar a su asesora, cuando recibe la noticia de que no dejan aterrizar en Florida a un avión de refugiados€ O sea, como dice aquel personaje de Shakespeare: "¿Qué ocurre? ¿Otra tragedia?" Y no se rían, pero el más malo de los malos se apoda "Catalán".

¿Tantos agitones desesperan a nuestro héroe y lo manda todo a hacer puñetas? Ni por pienso. Afeitado, planchado, sin una gota de sudor, encuentra tiempo para carantoñear con su esposa, cenar con los amigos, seguir los resultados de la NBA, reconvenir a su hijo y hacerse la prueba del ADN para que se revele quién es el padre verdadero del adolescente camellito: es la vida familiar, estúpidos. Arda el mundo que aquí está Sutherland. Menos mal que solo era un perfil bajo del gobierno, porque si llega a ser alto manda a Superman, Spiderman y Batman a la cola del paro. Con lo cual, y es lo que se pretendía demostrar, "Gracias y Dios bendiga a los Estados Unidos".

Designated Survivor

SERIE TV, 22 EPISODIOS

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