La auto/biografía de Gloria Steinem no es una loa a sus muchos logros sociales a lo largo de casi siete décadas, sino un resumen de todos los tipos de persona que se encontró en sus viajes a lo largo y ancho del mapa de Estados Unidos, espacio que, no olvidemos, hay que considerar un continente, más que un país, para poder empezar a entender lo que su ciudadanía narra. Steinem inscribe en sus páginas, siempre con cariño, a quienes la acompañaron en su lucha a favor de la cantidad de cambios producidos desde la década de los 60 en el siglo pasado.
Este es, por tanto, un libro imprescindible para feministas, profesores de historia y literatura, muy especialmente de los Estados Unidos, defensores de los derechos humanos y toda persona que aborrezca el racismo, la xenofobia, el patriarcado, el machismo y la corrupción en todas sus manifestaciones. Nos gustaría pensar que este libro habla de historia y que ya nadie apoyaría hoy argumentos tales como "Estáis sembrando insatisfacción al animar a las mujeres (o a los diferentes grupos minorizados) a que aspiren a lo imposible". Steinem ha vivido más que suficiente para probar que no luchaba por un imposible, sino que el impedimento era un error grave de apreciación, tan abundante en el género humano, que aún no ha sido erradicado.
La autora narra con detenimiento el entusiasmo con que se gestó y desarrolló durante dos duros años de trabajo la estructura que permitió celebrar, en Houston en noviembre de 1977, la Conferencia Nacional de la Mujer. En ella se reunieron con voz y voto dos mil delegadas electas, representantes de todos los estados y toda la diversidad racial, étnica, sexual y cultural de los Estados Unidos, y unas dieciocho mil personas más ejercieron de observadoras. En la inauguración "dos jóvenes corredoras atravesaron el pasillo central con la antorcha llegada desde Seneca Falls (en el estado de Nueva York, donde en 1848 se gestó una Declaración que reconocía los derechos de las mujeres) y Maya Angelou (autora afronorteamericana) leyó un poema compuesto para la ocasión". La abundancia de temas tratados, de interés general para las mujeres y específicos de cada grupo minorizado, constituyen una lectura de especial interés para entender, desde 2016, la situación de la que empezamos a emerger no hace ni siquiera medio siglo.
Desde su columna periodística en la revista New York, ya en los 1960s, Steinem inicia su carrera en pro de la liberación de las mujeres y contra los efectos de la "mística de la feminidad suburbana", como Betty Friedan la bautizara de una forma brillante y letal en su homónimo best-seller (1963). No es casualidad que, a lo largo de todo el libro, Gloria Steinem cite a numerosas estadounidenses que hicieron posible, con su trabajo profesional y con su esfuerzo, la apertura hacia un cambio fundamental para la visibilidad de las mujeres. De todas estas activistas aprendemos su nombre y apellidos, así como unas líneas sobre su profesión y su quehacer en aras del progreso.
Steinem está atenta a lo que ve y a lo que oye "en la carretera" y no desdeña una buena narración vital. Así, recoge abundantes historias de taxistas, de azafatas, de camioneros y de camareras -tanto de mujeres como de hombres, y constata, con el tiempo, que aumenta el número de unas y otros en los diferentes gremios. No faltan tampoco las historias deplorables del machismo oficial de las universidades estadounidenses, que se negaban a contratar profesoras porque "sería problemático debido a las vibraciones sexuales", y miraban hacia otro lado en cuestiones tan graves como las violaciones dentro del campus.
Si bien Steinem no se extiende sobre la fundación de la revista Ms en 1971 y su posterior desarrollo, ni sobre el año que pasó en la India al inicio de su carrera, sí hace referencias a lo largo del libro a la influencia que ambas cosas tuvieron en su evolución personal. Concede gran importancia a su participación, a lo largo de los años, en campañas políticas para elegir a diferentes mujeres para distintos cargos. Pero destaca de manera significativa lo que supuso apoyar a Hillary Clinton contra Barak Obama como candidata del Partido Demócrata en las primarias presidenciales de 2008.
Mi vida en la carretera da cuenta de un país inmenso y poderoso en incesante movimiento y de una vida abierta y expuesta continuamente a un sinfín de experiencias, muy positivas algunas y otras desagradables. No es fácil enfrentarse a cara descubierta con la reticencia al cambio de las fuerzas más tradicionales, ni salir públicamente en la foto con las caras más desfavorecidas e incluso despreciadas de la sociedad; ni siquiera es fácil des/aprender los prejuicios propios y viajar sin miedo. Quizás la única manera de conseguirlo sea hacerlo con la sencillez con que Gloria Steinem resume su vida: "Al principio era una periodista a la caza de historias; más tarde trabajé en campañas y movimientos políticos y, las más de las veces, fui activista itinerante del feminismo".
Contribuyamos activamente a que el viaje de Steinem no haya sido en vano.
GLORIA STEINEM
Mi vida en la carretera
Traducción de Regina López
ALPHA DECAY, 348 PÁGINAS, 23,90 €
