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Paseo de ronda

No creo que la Historia le absuelva

Alejandro Palomas en la presentación de ´Un perro´.

No, no creo que la Historia vaya a absolver al dictador caribeño. Eso es en los confesionarios. Ya tiene bastante la Historia con intentar ser lo más objetiva que buenamente se pueda, y con compensar las barbaridades que tantos enuncian en su nombre. Por lo demás, "el mal que hacen los hombres les sobrevive. El bien queda frecuentemente enterrado con sus huesos". Como dejó escrito el poeta.

La sucesión de galardones de cada otoño del Ministerio de Cultura le ha traído el Premio Nacional de las Letras a Juan Eduardo Zúñiga, autor de múltiples haceres y entre ellos el de traductor, tan poco reconocido entre nosotros, de los escritores de la lengua que hablan en Porto, Lisboa o Coimbra y que ingenuamente creemos familiar; hasta que visitamos el país. Destacan su trilogía sobre la Guerra Civil, cuando se cumplen ochenta años de aquella matanza. Sucede en el palmarés a Carme Riera, que lo obtuvo en la edición precedente.

Me alegro particularmente del Premio Nacional de Literatura Infantil y juvenil concedido por Un hijo / Un fill (La Galera) al barcelonés Alejandro Palomas, un encanto de hombre. Tuve el honor de presentar en Drac Màgic en mayo de 2014 su novela anterior, Una madre (Siruela) y pocas veces me lo he pasado tan bien en uno de estos eventos. Este año ha publicado un tercer título, Un perro / Un gos (Destino / Columna), como expresión de su cariño por los ángeles de cuatro patas.

El viernes 25 falleció el poeta Marcos Ana, a los 96 años. De ellos pasó 23 en las prisiones franquistas: entre ellas la de Alcalá de Henares o la de Burgos, "turismo carcelario", lo llamaba él. Ahí, en la ciudad del Arlanzón, escribió sus primeros poemas. Fue amigo de Miguel Hernández, Pablo Neruda, Rafael Alberti o Pablo Picasso y combatiente por las libertades en este país.

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