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Cine

La llamada del celuloide

A diferencia de Conrad o Kipling, que sí disfrutan de algunas adaptaciones magistrales, sólo una de las traslaciones de Jack London al cine, ´El lobo de mar´ de Michael Curtiz, es recordada

Fotograma de la película de 1991 ´Colmillo blanco´.

Jack London se engloba en el quinteto de escritores que vivieron a caballo del siglo XIX al XX (Rudyard Kipling, Edgar Rice Burroughs, Arthur Conan Doyle, Joseph Conrad y el celebrante del centenario). Excluyo a Julio Verne y Stevenson porque ambos fueron de generaciones anteriores, pleno siglo XIX.

El vínculo común es que a los cinco les fascinaron las aventuras, y las experimentaron en mayor o menor grado antes de consagrarse a tiempo total a la escritura. Conrad fue marino muchos años; Burroughs, igual que London , buscador de oro en su juventud, además de policía o dependiente comercial; Kipling se crió y vivió varias décadas en la India; Conan Doyle se enroló en un ballenero; Jack London picoteó como buscador de oro, patrullero náutico, agricultor y revolucionario mientras iba forjando su vocación literaria.

La susodicha pasión de estos cinco escritores por las aventuras les ganó el aprecio inmediato del séptimo arte desde sus mismos inicios. Conrad suma 76 adaptaciones de cine o televisión en el portal de cine IMDB; Burroughs, las mismas; Kipling, 101; Conan Doyle, 276 y London, 146.

Sin embargo el norteamericano se ha quedado, pasado un siglo, un paso detrás de ellos, al menos en la huella que ha dejado en la cinematografía. Posiblemente por un componente de suerte. No alcanzó el prestigio de Conrad (Los duelistas o Apocalypse Now son excelsas adaptaciones de sus obras), ni acertó a crear personajes inmortales como Tarzán, Mowgli o Sherlock Holmes.

No es justo, y ojalá algún guionista o cineasta logre sacar una obra redonda. Mientras tanto, aquí va una selección de las más recomendables:

El lobo de mar (Michael Curtiz, 1941). ¿Por qué el director de Casablanca o Robin Hood y el guionista de El buscavidas no sacaron todo el partido a la historia del marino sádico? Lo más probable es por el ritmo frenético del cineasta (114 películas rodadas entre 1926 y 1961, más de tres al año). Aun así captura la pasión de London por el mar y los tipos aventureros. La guinda es la actuación de Edward G. Robinson.

Colmillo blanco (Randal Kleiser, 1991). La época de esplendor del director de Grease ya había pasado, pero la película desarrolla de forma pulcra y empática la historia de amistad entre un buscador de oro (el jovencísimo entonces Ethan Hawke) y un lobo semidomesticado.

De esta obra también destacan las versiones de 1973, dirigida por Lucio Fulcio con Franco Nero, Virna Lisi y Fernando Rey; y más antigua, la dirigida por David Butler y con John Carradine encarnando al villano preceptivo.

Otra de las obras más importantes de London es La llamada de la selva, sobre un perro doméstico que pasa a sufrido arrastrero de un trineo en las latitudes polares. El obstáculo es que pasar al cine el trauma del animal, como protagonista absoluto, no es tan sencillo como describirlo en página impresa.

Otro director renombrado, William Wellman, pasó a la gran pantalla esta obra en 1935, con Clark Gable y Loretta Young en cabeza de reparto. Posterior es la de 1971 dirigida por Ken Annakin. Charlton Heston pone la cara más famosa al reparto y, por ser una coproducción con varios países europeos, Sancho Gracia recibió un pequeño papel. Existe también una versión muda (1926).

Una intriga menos de aire libre, más intramuros, es la de la novela que London dejó inconclusa al morir, El club de los asesinos. Un policíaco muy de principios del XX que en la versión de cine (Basil Dearden, 1969) cuenta con actores muy de los 60 como Oliver Reed, Diana Riggs o Telly Savalas.

Me despido regresando a la literatura. La llamada de la selva me impresionó cuando lo leí, muy joven, en la edad perfecta para hacerlo. Igual que Colmillo blanco o, más tarde, Martin Eden. Sin embargo el libro del que tengo mejor recuerdo son los Cuentos de la patrulla pesquera (1905), una recopilación de batallitas contra pescadores furtivos con mucho encanto y autenticidad, y que Alianza Editorial reedita desde hace varias décadas.

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