El escritor holandés Cees Nooteboom (La Haya, 1933) publica El Bosco. Un oscuro presentimiento (Siruela), libro con el que conmemora el V centenario del fallecimiento del pintor. En el ensayo, profusamente ilustrado, repasa la producción rememorando el encuentro con sus obras a lo largo de sus 83 años de vida. La lectura deja una conclusión: si hoy conversaran el pintor del XVI y el escritor del XXI, se entenderían. La empatía del pintor con el mundo actual lo atestiguan millones de fans en todo el mundo. El Bosco sería, probablemente, un líder en las redes sociales.
Transcurridos 500 años desde la muerte del artista, del que se sabe todo y nada, el Museo del Prado conmemora el V centenario de su fallecimiento con la exposición más ambiciosa hecha hasta la fecha sobre El Bosco. Se sabe que componía el cuadro de abajo arriba, que su ciudad natal le dio el nombre (Den Bosch) y la inspiración; que pintaba como un dibujante y dibujaba como un pintor; que pintó seres demoniacos y fascinantes, hombres árboles, hombres fundidos con animales y objetos, ninfas desnudas y grotescos monstruos. Fundió lo profano y lo divino. Desdramatizó una época de crisis y cambios, de la brutal Edad Media al Renacimiento, con una actitud hacia lo positivo. Gusta a todos y todos vemos en su pintura un mensaje con el que nos identificamos, hasta los hippies descubrieron Woodstock en "El jardín de las delicias".
Felipe II lo apreció mucho y dijo de los seres de El Bosco que si todos pintaban a los hombres como querían ser, él los pintaba cómo eran. El tan detestado en Holanda duque de Alba fue el encargado de traer a España toda la obra posible de El Bosco, razón por la que la mayor parte de sus pinturas se conservan en España, en el Museo del Prado. Tras la exposición hay veinte años de preparativos. Una muestra histórica, sin precedentes, que reúne más del 75 % de su obra, 21 de los 25 pinturas que se conservan. Se ha desarrollado un espectacular montaje para poder contemplar los principales trípticos del pintor por las dos caras, "El jardín de las delicias", por primera vez. Y podemos ver "La coronación de espinas" de la National Gallery de Londres; "La nave de los necios" del Louvre; "La alegoría de la intemperancia" de la Universidad de Yale; "El vendedor ambulante" de Rotterdam o "La muerte y el avaro", de Washington. Incluso a riesgo de exponerse al síndrome de Stendhal por exceso de belleza, la muestra es una oportunidad única para acercarse al conjunto de una obra excepcional. En España reina Felipe VI, y en Holanda, Guillermo Alejandro, descendiente del Guillermo de Orange-Nassau, que se levantó contra Felipe II. Siruela, la editorial puesta en pie por un descendiente del duque de Alba, edita a Cees Nooteboom. Coincidencias de la Historia.
EL BOSCO
Museo Nacional del Prado, Madrid
Hasta el 11 de septiembre
