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Joël Dicker

Tres amigos aman a la misma mujer

´El Libro de los Baltimore´ es la siguiente novela que publica Dicker después de consagrarse con ´La verdad sobre el caso Harry Quebert´. Vuelve, de nuevo, Marcus Goldman en una historia tan abismática como trepidante. Una narración que describe el clásico camino del éxito al ocaso y que se genera tantas veces entre lealtades y malentendidos trágicos

Joël Dicker, autor de ´El Libro de los Baltimore´-

El éxito editorial se puede convertir en un arma de doble filo. Después de agasajadoras críticas e infinitas entrevistas en las que al autor se le eleva a los altares literarios, al debutante en el mundo de los bestseller se le plantea una cuestión elemental: ¿Es posible superar lo conseguido? Algunos, como Harper Lee, optan en estas situaciones por dejar de escribir para siempre. Un triunfo es difícil de lograr. Pero más lo es hacer de la vida un éxito constante. Con estas premisas, Dicker se lanza a por su revalida particular en El Libro de los Baltimore. Aunque en un principio se habría propuesto hacer algo distinto, su nueva novela acaba mostrando paralelismos evidentes con su obra primeriza. Algo que se evidencia desde el mismo momento en el que el protagonista sigue siendo el mismo. En esta ocasión, Marcus Goldman, el afamado escritor, no se ve obligado a resolver ningún asesinato, sino que se adentra en las entrañas de su propio árbol genealógico.

Los Goldman de Montclair son la típica familia de clase media que la sociedad americana produce en masas. Viven en un pequeño pueblo aburrido a las puertas de Nueva Jersey y mandan a su hijo, Marcus, a la escuela pública. En los Goldman de Baltimore, la vida discurre por las pautas diametralmente opuestas que marcan el éxito y una cuenta corriente boyante. En este caso, el hijo, Hillel, superdotado, visita una escuela que se cobra la matrícula a 20.000 dólares por año y Woody, el hijo adoptivo, es un prometedor deportista. De pequeño, Marcus vive en un eterno conflicto. Desgarrado entre la admiración que siente por sus familiares de Baltimore y la envidia silenciosa que le generan sus primos y sus vidas perfectas.

Todo arranca con una mudanza a Florida casi dos décadas después. Marcus quiere ocuparse de la herencia de su fallecido tío Saul. Pero el encuentro inesperado con el amor de su vida, tras una ruptura traumática y sin saber nada el uno del otro, remueve el pasado. Un pasado que sirve, a su vez, como hilo conductor que justifica de nuevo los continuos saltos en el tiempo que permiten mantener al lector en tensión constante para seguir leyendo. Cuando uno intuye llegar al punto álgido, Dicker esparce los giros temporales y sostiene la intriga en vilo. Desde la trama, hasta la ubicación geográfica en la Costa Este, cada poro del libro aspira tanto aire americano, que se hace imposible no pensar que Dicker se haya dejado inspirar por experiencias televisivas de su propia juventud. Desde la casa de la piscina, que sirve como primer cobijo para Woody, hasta su relación con su hermanastro Hillel, todo apunta directamente a The O. C.

Precisamente es la presentación de la trama, en una estructuración digna de serie televisiva, la que consigue que cada capítulo presente, por sí solo, un elevado arco de tensión que motiva a seguir devorando páginas. Esto, sazonado con algún que otro rompecabezas que invita a imaginarse qué es lo que pasará a continuación, sumado a las continuas alusiones a la gran catástrofe que nunca se revela, fomentan una lectura incansable. Esta estrategia, que Dicker aplica con la precisión de un bisturí, coloca al lector frente a un libre abocado y de agradable paladar. El Libro de los Baltimore es una lectura de corto recorrido, pero en el sentido positivo porque cumple, en todo momento, con su función última, que no es otra que la de entretener. A través de numerosos cambios de perspectiva, Marcus explora su memoria en busca de los recuerdos. De manera colorida y fugaz aparece todo lo que atrapa por el camino. Falseado, a ratos, por el entusiasmo juvenil, hasta llegar al punto de su presente como escritor famoso. Por culpa de su relación con Alexandra, parece condenado a padecer una vida en el crematorio de las revistas del corazón. Esta rumorología constante sirve para apuntalar la trama. En su constante búsqueda por mantener el voltaje, la narración apuesta exclusivamente por la dramatización que engulle a los personajes entre el éxito sonado y la caída absoluta en desgracia. Ahí está el ejemplo de Woody. Procedente de una familia desestructurada, acaba adoptado por los Goldman de Baltimore y crece, de ahora en adelante, rodeado de privilegios en el gueto de los ricos, con sus controles a la entrada y las sonrisas operadas que borran de golpe todos los problemas.

Al final, todo lo que pasa es emocionante, cautivador y, por momentos, hasta conmovedor. Y si el Libro de los Baltimore fuera la primera novela de Dicker se le podría, incluso, homenajear por ello. En comparación con La verdad sobre el caso Harry Quebert, revela, sin embargo, varias debilidades. La trama y sus saltos temporales no convencen siempre. A veces, Dicker se pierde en trivialidades y, a mitad del libro, la resolución de la trama se antoja demasiado previsible. El innegable talento narrativo que atesora el suizo le basta para contrarrestar estos puntos negativos. Lo que destapa la mano del narrador, en este caso Marcus Goldman, no va más allá de remover la manida fachada de unas personas condenadas, o bien a convertirse en una especie de semidioses o, por lo contrario, a padecer como eternos perdedores. Dicker no es un mago, pero sí un versado artesano del entretenimiento.

JOËL DICKER

El Libro de los Baltimore

Traducción de M. T. Gallego y A. García

ALFAGUARA, 488 PÁGINAS, 21,90 €

El llibre dels Baltimore

Traducción de Imma Falcó

LA CAMPANA, 720 PÁGINAS, 21,90 €

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