Diario de Mallorca

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Narrativa

Los Quijotes del Danubio

Buscando a Nerrantsula desesperadamente

Ignasi de Llorens, traductor de ´Nerrantsula´.

En mis ya muchos años de lectora empedernida, nunca había oído hablar del novelista greco-rumano Panait Istrati. Por eso, cuando Nerrantsula llegó a mis manos, me sumergí inmediatamente en su lectura y no tardé en quedar atrapada entre sus páginas.

Panait Istrati nació en Rumanía en 1884, de padre griego, y murió en 1935, en Bucarest, después de haber recorrido el Mediterráneo de oriente a occidente. Istrati fue un hombre voluble tanto en el trabajo como en el amor, que, a los 39 años, animado por el autor francés Romain Rolland, descubrió su vocación de escritor.

Su primera novela, Kyra Kyralina (1923), constituyó un éxito inmediato y fue seguida por una larga sucesión de obras que le valieron el apodo de "el Gorki de los Balcanes". Istrati viajó a Rusia en 1928, entusiasmado con la idea de conocer al celebrado escritor y de ver de cerca los logros del nuevo orden político, pero se llevó una gran decepción con ambos y "salió de Rusia convertido en un disidente", en palabras de Ignasi de Llorens, prologuista de esta edición.

Nerrantsula es una narración en primera persona de los recuerdos de infancia y juventud de Marco, quien los define como "una bella historia, rica en tiernos recuerdos, en luz, espacio y cruel amargura". Los años de infancia están cuajados de ritos de paso inscritos como juegos metafóricos, no exentos de dolor e, incluso, muerte. Los desafíos infantiles, que habrán de forjar, según los niños creen, hombres viriles y arrojados, devienen en aventuras peligrosas en las que el cabecilla, como "verdadero Quijote doblado de Sancho Panza, sudando, sangrando, peleando", cruza a nado el Danubio o surca su intrincado delta, para bajar a tierra y seguir peleando con la vida. La novela puede considerarse un Bildungsroman intercalado de tragedia naturalista.

La obra gira en torno a Nerrantsula, una niña, más tarde mujer, que juega despreocupadamente con los sentimientos de Marco y su otro enamorado, Epaminonda. "Nerrantsula fundotí" es el estribillo de una canción popular griega: nerrantsula significa "pequeño naranjo de fruto amargo" y fundotí significa frondoso; por eso es el nombre simbólico que Marco elige para su vecina solitaria e innominada, conocida en el barrio por su oficio, "aguadora".

Nerrantsula no quiere ni siquiera pronunciar su verdadero nombre, que le recuerda todas las miserias de su primera infancia, y que su madre no había pronunciado ni una sola vez "sin acompañarlo inmediatamente de epítetos degradantes". Así, prefiere que la llamen como quieran, adaptándose, no con gusto pero sí sin acritud, a los avatares de su azarosa vida, que la llevan a ser conocida finalmente como Anicutsa.

La novela está dividida en tres partes. En la última, Marco, ya adulto y versado en el arte de viajar, curtido por decepciones y desgracias, decide regresar a su país vencido por el cansancio y la nostalgia. Es en esta época cuando Marco reflexiona sobre la amistad, el amor, la infancia, el arte y la muerte, y sobre la vida en general. Una vida que opina que sólo se puede soportar cultivando la generosidad, ya que la humanidad ha desarrollado tales capacidades, que le permiten "hoy acaparar la tierra, y [por eso] solo la bondad puede refrenar nuestra violencia, hasta el día en que la justicia la contenga mejor y definitivamente".

Entre la melancolía y el optimismo, Nerrantsula ofrece sorpresas hasta la última línea; sorpresas que no puedo desvelar, para preservar el interés de quien lee y el placer de la lectura.

PANAIT ISTRATI

Nerrantsula

Traducción de Ignasi de Llorens

KRK, 215 PÁGINAS, 19,95 €

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