Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Literatura hopperiana

Eduardo Jordá, traductor al español del relato de Jenny Offill.

Queremos que el amor de los primeros días sea eterno. Pero no. La pasión inicial da paso a un sentimiento más reposado, a veces incluso desdibujado, que se desgasta a base de rutina y anhelos nunca alcanzados. Y de repente llega la mediana edad y nuestra vida no es la que una vez soñamos. Somos felices, o algo parecido, y la vida sigue. Hasta que somos otros en los que no nos reconocemos. Ese sentir tan complejo, tan poderoso en su existencia, es el que retrata con un excelente hacer la escritora estadounidense Jenny Offill en una excelente obra con la que deleita al público en español la también excelente editorial Libros del Asteroide.

En Departamento de especulaciones, la narradora invita al lector a entrar en lo más íntimo de sus pensamientos y lo convierte en espectador en primera línea de su vida personal. Está esa joven soñadora que quiere huir de los convencionalismos hasta que el amor hace acto de presencia y entonces todo parece posible. Y llega el matrimonio. Y la maternidad. Y el día a día va perdiendo el tono rosa para hacerse más grisáceo. Los éxitos son escasos, las dificultades son máximas. Y en forma de reflexiones internas, casi inconscientes, de esas que todos soportamos a todas horas en nuestras cabezas, es ella la que nos pone frente a un espejo en el que nos hemos mirado en algún momento de nuestras vidas.

Offill tiene una prosa potente, intimista, pero universal y en este libro, que no necesita extenderse en páginas para convertirse en imprescindible, hace un juego de géneros del que sale muy bien parada. Hay en ella ecos de los grandes escritores americanos de relatos, desde O. Henry a Cheever, pero también recuerda a esos autores de tradición yiddish, que tan bien supieron reflejar la realidad del pasado siglo. Es lo que Malamud o Singer hubieran plasmado en el papel de seguir entre nosotros. Y hay cinismo, y humor, cierto surrealismo, y esa costumbre tan sana de la autocrítica se hace omnipresente en las páginas de una historia que se vuelve dolorosa cuando la narradora sufre un engaño marital. No hay romanticismo en ese alejamiento, sino insoportable culpa y rabia y búsqueda del perdón. El miedo a lo nuevo y el momento de descubrir que ya no es joven, que es otra con menos años la que amenaza un futuro que ya no sabe si existe.

Offill no busca construir una de esas historias que siempre acaban bien y deja en manos del espectador / lector que saque por sí mismo su conclusión. Algunos pensarán que es el final adecuado, otros desearán para esa voz femenina que se ha convertido en amiga una rutina distinta a la que ella parece elegir. Pero de la desesperanza siempre surge una tibia luz. Y a ella se agarra la narradora y nos agarramos todos. Departamento de especulaciones se lee rápido, deja ganas de más. Offill ha logrado hacer de su literatura una pintura de Edward Hopper. Como en Halcones de la noche, uno de sus cuadros más emblemáticos, nos dejamos envolver por la historia de alguien anónimo, que no busca trascender, sino desahogarse de sus problemas hasta que la noche camine lentamente hacia otra mañana, esa mañana que quizá sea la que nos haga distintos. Otro gran acierto de Libros del Asteroide.

JENNY OFFILL

Departamento de especulaciones

Traducción de Eduardo Jordá

ASTEROIDE, 172 PÁGINAS, 17,95 €

Departament d´especulacions

Traducción de Yannick Garcia

AMSTERDAM, 176 PÁGINAS, 17,90 €

Compartir el artículo

stats