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Tinta fresca

Almas en peligro

Alejandro Pedregosa.

Un pianista, de nombre Francesc, ameniza las cenas de los clientes en un hotel. Música pensada (tocada) para no interrumpir nada. Que acompañe sin llamar la atención. Hasta que, al final, toca la tecla que abre las puertas de la memoria común: "Quizá porque mi niñez sigue jugando en tu playa...". Llega entonces el silencio, un "silencio hermoso y contenido que dura apenas el tiempo de un suspiro. Lo que tarda una emoción en bajar al estómago, enredarse en las tripas y ascender de nuevo a la garganta".

A Alejandro Pedregosa (Granada, 1974) le llegó la idea de escribir Hotel Mediterráneo hace dos años "a raíz del desgraciado accidente del tren de Santiago de Compostela. Leyendo la prensa conocí la historia de una de las víctimas, una mujer que trabajaba en una asociación que protegía a mujeres maltratadas. Poseían junto a otras asociaciones una red de ´pisos refugio´ por toda España gracias a la cual conseguían sacar a la víctima de su contexto violento y le ofrecían una vida nueva lejos del agresor. Si te agredían en Vigo te plantaban en Pamplona, si en Málaga te llevaban a Alicante... y así".

La fórmula le llamó mucho la atención "y me trajo a la memoria una canción de Serrat muy poco conocida, "Edurne", donde se cuenta la historia de una mujer que durante el franquismo pone su caserío a disposición de los desamparados. De la unión de estas dos ideas surgió Hotel Mediterráneo".

No obstante no estamos ante una novela sobre el maltrato: "El asunto está tratado de forma tangencial, al igual que otros temas como la corrupción y el cancionero de Serrat, que como un Guadiana aparece y desaparece. Según yo lo veo, la novela es una reivindicación de la amistad y el amor como formas de estar en el mundo. Es cierto que los habitantes del Hotel llevan cada uno su pesada mochila de amarguras, pero la unión de todos les otorga una vida mejor, una segunda oportunidad".

La Naturaleza es un elemento importante dentro de la novela: "La propia ubicación del Hotel en un lugar indeterminado y boscoso ya es en sí mismo una declaración de intenciones. La Naturaleza es, de alguna manera, un personaje más, acaso un personaje ´superior´ que protege y oculta al resto de habitantes del Hotel. Más allá de la tensión propia de la historia, es una novela de personajes. Sin duda una de mis mayores aspiraciones con este libro sea que personajes como El Presidente o Francesc se queden al menos durante un tiempo en la memoria de los lectores. Ése es el verdadero éxito literario: que pequeños retales de tu obra se queden a vivir en la cabeza del lector".

Al Hotel llega la gente por diferentes caminos: "Unos huyendo de un pasado poco edificante, otros en busca de un futuro más plácido y otros, como yo, por pura casualidad; pero aquí estamos, olvidados del mundo y tranquilos, atendiendo desde nuestras ventanas a los ciclos de la naturaleza y preparando por las noches modestas cenas para clientes más o menos selectos, que, al igual que nosotros, tienen el sentimiento entregado a las canciones de Joan Manuel Serrat".

ALEJANDRO PEDREGOSA

Hotel Mediterráneo

PLANETA, 184 PÁGINAS, 18 €

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