La editorial Cátedra ha publicado un ensayo que encantará a los que buscan un enfoque distinto, original, de la Historia de España. Se trata de Impostores. Sombras de la España de las Luces, de Antonio Calvo Maturana. Un punto de vista novedoso que hace un sorprendente recorrido por reconocidos falsarios, impostores que cambiaron de identidad y lograron, al menos durante un tiempo, engañar a sus audiencias.
El autor incide en que en el periodo analizado, el siglo XVIII y comienzos del XIX, asistimos a la desaparición de la sociedad estamental, aunque sigue siendo un tiempo en el que pesan mucho más las apariencias y la mera puesta en escena (vestidos, insignias, modales) que los documentos. Si a ello sumamos como espectadores a una sociedad precientífica y el ansia de tantos por ascender en la escala social con esta fraudulenta representación social, parece natural el ingente número de suplantadores, que el autor divide en cuatro grandes bloques: los que se hacían pasar por nobles o reyes; quienes pasaban por miembros del clero; los espías, aventureros y conspiradores y por último los travestidos, de los que tantos ejemplos hay en el teatro o la ópera.
Del amplio catálogo de impostores que desfilan por este libro de casi 400 páginas hay dos personajes que destacan con luz propia y cuyas vidas son de por sí un libro de aventuras. Se trata en primer lugar de un falso príncipe de Módena que encandiló a la sociedad sevillana del XVIII y que se mantuvo en su papel hasta el final como principesco trulero y Francisco de Mayoral, quien en la Francia napoleónica, en plena Guerra de Independencia, se hizo pasar por el cardenal de Toledo y primo de Fernando VII Luis María de Borbón, con quien además tenía cierto parecido físico.
El libro incluye historias más conocidas como la del viajero Ali Bey (Domingo Badía) o el pérfido gobernador de Málaga Vicente Moreno, que atrajo con sus mentiras al general Torrijos a una muerte segura.
Los datos recogidos, con la excepción de los libros publicados por algunos de estos falsarios, se basan en su mayoría en los documentos judiciales, los largos juicios en los que los impostores trataron de seguir burlando a la justicia al mantener la mayoría de las veces su falsa identidad a capa y espada.
Con la salvedad de una cuestionable elección de la palabra inglesa "gender", traducida directamente por el puritano "género" en lugar de la palabra española "sexo", elección que el autor -todo hay que decirlo- justifica, el libro no tiene pegas y se agradece este nuevo punto de vista que habría hecho aumentar en grosor la famosa Historia universal de la infamia.
ANTONIO CALVO MATURANA
Impostores
CÁTEDRA, 400 PÁGINAS, 20 €
