Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Paseo de ronda

Libertad de expresión y ley del embudo

Maria Antònia Oliver.

La desproporción con que se ha abordado el caso de los titiriteros en Madrid me vale para recordar lo que ya escribí hace unos meses en esta columna, a propósito del Je suis Charlie y de los pitos en la Copa de fútbol. Es decir: molestar a los musulmanes con una caricatura de Mahoma constituye libertad de expresión, pero molestarnos a nosotros está tipificado en el código penal. Pues no: la tolerancia no es para cuando a uno le viene bien, sino, justamente, para cuando a uno le toca las narices.

El jueves tuve el honor de presentar en Born de Llibres, en Els Geranis de Palma, a Carlos Zanón, Premio Dashiell Hammett de la Semana Negra de Gijón, con su nuevo libro de relatos, Marley estaba muerto, publicado por RBA. Un conversación entretenida y en público, acerca de unos cuantos de nuestros mutuos intereses: la Navidad, la familia, Barcelona, el cine, la música, los libros, etcétera. Dentro del programa del Febrer Negre que celebra esa librería.

El entorno de Embat, al que pertenece Born de Llibres, está de lo más contento con ese Premi de Honor de las Lletres Catalanes concedido a Maria Antònia Oliver. Resulta oportuno que, en el séptimo centenario de Ramon Llull, sea precisamente una escritora mallorquina quien se alce con el "Nobel" de la cultura en lengua catalana. Oliver ha escrito muchas otras cosas buenas, pero a mí me han venido a la cabeza, no sé por qué, sus tiernas historias sobre perros, esos seres tan superiores a nosotros en todos los aspectos (no digamos ya los gatos).

El martes 23 de febrero es fecha señalada, pero no por lo que ustedes están pensado. Sino porque ese día, a las ocho de la tarde, Fernando Megías, Josep Feliu y yo mismo presentaremos el libro de ellos dos Pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo (prueben a decirlo todo seguido; si son filólogos o lingüistas, no me sirve) en La Biblioteca de Babel. Bien por apostar desde el título por un tiempo verbal sofisticado, ahora que hasta los franceses lanzan el circunflejo por la ventana. Quién les ha visto y quién les ve.

Compartir el artículo

stats