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Ensayo

La cultura como herramienta de cambio

La reflexión de Sergio Vila-Sanjuán sobre el periodismo cultural, una especialidad que puede servir para guiar al lector ante la proliferación de iniciativas y actividades

La cultura como herramienta de cambio

Sergio Vila-Sanjuán posee una amplia trayectoria periodística, actualmente es responsable del suplemento de cultura de La Vanguardia, ha publicado varias obras sobre periodismo cultural, autor también de novela y teatro y premio Nadal 2013. Existe un escaso número de obras y material principalmente didáctico dedicado al periodismo cultural. Encontramos, sin embargo, continuas alusiones y referencias al nacimiento de dicho género, autores y obras sin los que hoy en día resulta prácticamente imposible comprender los cambios sufridos en las diversas publicaciones en las que esta fusión entre periodismo y literatura o periodismo y cultura han dado lugar a un nuevo modo de contar y traducir la realidad: "El periodismo cultural se define por su objeto (las citadas actividades culturales), no por su método. Eso lo diferencia del periodismo literario (que se caracteriza por el estilo y la cuidada escritura) y del periodismo narrativo (que utiliza ciertas técnicas de la novela para relatar los hechos que le interesan). Periodismo literario y periodismo narrativo vienen caracterizados por la forma de contar las cosas, independientemente del tema que abordan (puede ser social, político, económico, deportivo€)". Este texto fue leído por el autor como discurso de ingreso en la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona el 12 de marzo de 2015 y pretende realizar una pequeña revisión histórica del género más allá del trabajo periodístico de las voces más conocidas del llamado nuevo periodismo o el "boom latinoamericano", una breve reflexión pero también recordatorio de otras voces que en nuestro país se convirtieron en impulsores e impulsoras de este nuevo modo de acercarse a la realidad y más exactamente a la cultura. Es necesario también hablar de los medios que hicieron posible su nacimiento y que además crearon escuela, fomentando y cuidando un oficio que ya casi ningún medio tiene en cuenta, figuras y nombres -talento y mimo- como el de la revista New Yorker pasarán a convertirse en el referente cultural más importante: "De las peculiaridades laborales del régimen interno del New Yorker permitía dar fe el hecho de que Mitchell estuvo en nómina de la casa cerca de treinta años y se limitó a publicar un artículo cada tres o cuatro. Desde 1964 hasta su muerte en 1996 no publicó ninguno". ¿Se imaginan ustedes algo así ahora? ¿Incluir la palabra nómina en colaboración alguna? El mimo del oficio y el respeto han sido perdidos de manera tal vez definitiva. El autor se convierte en productor de material industrial, el talento estorba. Harold Ross -periodista de raza- funda en 1925 la revista New Yorker "con la idea de ofrecer una reflexión en palabras e imagen sobre la vida metropolitana". Algunas claves: "Redactada por escritores capaces de apreciar los elementos de una situación e indicar su importancia y significado. Presentará la verdad sin miedo y sin favores, pero no será iconoclasta". Además, "la cultura y las artes serán cubiertas por departamentos que presentarán, además de crítica, la personalidad, la anécdota, el color y el tipismo de las diversas subdivisiones de cada esfera".

Sergio Vila-Sanjuán nos ofrece algunas claves de vital importancia en el periodismo cultural: informada pasión por la lectura, curiosidad, capacidad de percibir lo realmente nuevo en el terreno creativo y de pensamiento, capacidad de interpretar y transmitir sintéticamente conceptos y conocimientos complejos, voluntad de documentarse in situ y aportar material novedoso, estilo cuidado, comunicativo y antitópico, concreción, pensamiento crítico y capacidad de combinar lo trascendente y anecdótico. Señala algunas de las razones que dejan clara la absoluta necesidad actual del buen periodismo cultural como que "la sobrecarga de información que la civilización digital plantea requiere filtros competentes para ubicarla e interpretarla" y que "la extensión del ocio cultural también hace necesaria la proliferación de mediadores que ayuden a que sean las propuestas más interesantes y constructivas las que lleguen hasta el público". Reflexión final que tal vez da sentido a esta obra y es quizás un llamamiento a la cordura y atención de medios, lectores y lectoras, no sólo periodistas: "En un panorama de desasosiego espiritual -pero ¿qué etapa de la historia del mundo no lo ha experimentado?-, la cultura constituye el anclaje humano por excelencia, y el periodismo cultural es, o debería ser, uno de sus mejores aliados". No olviden que "profundizando en la obra de los grandes periodistas culturales podemos apreciar cómo la cultura a veces refleja, pero a veces adelanta y fuerza los cambios sociales". Nunca hemos necesitado tanto como ahora dicho anclaje y dichos cambios.

SERGIO VILA-SANJUÁN

Una crónica del periodismo cultural

UNIVERSITAT DE BARCELONA, 120 P., 12 €

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