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Memorias

Vida del detective literario

Ricardo Piglia cuenta en el primer volumen de ´Los diarios de Emilio Renzi´ sus años de formación como escritor

Vida del detective literario

A Ricardo Piglia (Adrogué, Buenos Aires, 1940) el compromiso literario le ha llevado a tender puentes con distintos maestros. Uno de ellos es Rodolfo Walsh, que emerge en Plata quemada, una de sus novelas policiales, en sentido estricto probablemente la única pese al continuo coqueteo con el género. El otro, Jorge Luis Borges, se ha convertido en la sombra que planea por encima de toda su obra. Alguien podría pensar que Walsh y su pionera modernidad funcional son el polo opuesto a la grandeza universal imperecedera de a quien Dios con manifiesta ironía dio a la vez los libros y la noche, como reza en el Poema de los dones. Sin embargo, la capacidad de Piglia para absorber la destilación literaria más plural parece infinita. Y, además, tiene a Emilio Renzi, álter ego, protagonista habitual de sus novelas, para actuar de vehículo partiendo de una vida prestada.

Renzi, por lo general, explota la fantasía de su creador. Como sucede en El camino de Ida, cuando viaja a una universidad del este de Estados Unidos como profesor invitado y se abraza a la fantasía del estudiante de doctorado, largas discusiones literarias, sexo y amistades estrambóticas, como la de una docente rusa retirada experta en Tolstoi, o la propia Ida, depredadora sexual que frecuenta clubes swingers y juegos sadomasoquistas que arrastran a Renzi. Del mismo modo que Piglia no ha dejado a lo largo de su vida de zambullirse en las discusiones literarias, husmear aquí y allá, y exponerse a las corrientes de aire. Resultado: un detective literario excepcional, consumado experto en el cambio de registro, que le lleva de la novela, a los cuentos, y de los cuentos a los ensayos, los relatos autobiográficos, las conversaciones con otros autores, las intervenciones públicas, etcétera.

Sin hablar de los diarios, que en ningún modo pueden considerarse el etcétera. De ellos, de Los diarios de Emilio Renzi, que el pasado otoño empezó a publicar Anagrama con la primera entrega, Años de formación, que abarca de 1957 a 1967 y los testimonios de un escritor en ciernes que apenas ha cumplido los dieciséis años. Seguirán Los años felices y Un día en la vida, hasta completar su periplo más íntimo de medio siglo hasta la actualidad. Piglia admite que si en algún momento no hubiera empezado a escribir un diario jamás habría escrito otra cosa. De modo que su literatura comienza en las anotaciones cotidianas y gira alrededor de ellas. Allí está todo, la educación sentimental, las primeras actitudes rebeldes, la ciudad, los amigos, los incipientes planes literarios, las lecturas, el cine, el descubrimiento de la vida, Buenos Aires, Adrogué, las calles, las plazas, la Argentina de entonces, las experiencias cotidianas y las pulsiones más íntimas del joven que quiere convertirse en escritor.

Por ejemplo, de un mismo día, lunes 28, de 1965. "Me gusta mucho el cuento de Cortázar Instrucciones para John Howell (€) Tiene algo de Un sueño realizado de Onetti, la mujer que tiene un sueño recurrente y busca a un director de teatro para que le escenifique la escena onírica: en una esquina de la ciudad ella cruza hacia un hombre al que conoce y en el trayecto la atropella un auto y muere ´en la realidad´ de la representación teatral. Viene a visitarme Cacho, le encanta el lugar, bajamos a comer por ahí y después salimos a dar una vuelta en un Chevrolet que él ha robado horas antes. Por supuesto la gracia del asunto estaba en el riesgo de ser detenido por cualquier mínimo incidente de tráfico".

Los libros que uno ha leído, sus experiencias, sirven para contar la vida. A Piglia le gustan, como él mismo ha escrito, los primeros años de su diario porque en ellos lucha contra el vacío. Nunca pasaba nada. O, al menos, no pasaba como él creía que tendría que pasar. Con Renzi resulta más fácil: no sólo es el autor el que se expresa sobre lo que le está ocurriendo, es también su álter ego desde la visión del lector de libros o el que va al cine. En cualquier caso, por estos diarios de iniciación pasan demasiadas cosas para no pasar realmente nada. Depende de lo que uno le pida a la sucesión de los días de la vida, que en Piglia, admirador, por un lado, de Hemingway, y por otro, de Kafka, tampoco debe de ser poca cosa.

RICARDO PIGLIA

Los diarios de Emilio Renzi.

Años de formación

ANAGRAMA, 360 PÁGINAS, 21,90 €

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