Palma puede ser la ciudad más apetecible del mundo para vivir; pero entre sus escasos inconvenientes es que está en la periferia de la periferia de Hollywood. Por pereza o inescrutables planes de los distribuidores españoles, en el momento de escribir este artículo sólo se han estrenado tres de las ocho películas aspirantes a los premios gordos. Aún así, de oídas y por sentido común, lanzo dos manitas de reflexiones y conjeturas.
1. The Revenant. La película de la que más se habla en estos momentos. Si González Iñárritu no hubiera triunfado el año pasado con Birdman apostaría el colmillo de oro de mi suegra a que el mejicano copa el podio. Demasiados intereses (económicos) en juego tornan improbable que le premien a él (u otro) dos años seguidos. Al mismo tiempo, por gregarismo y contagio por las modas, dudo que se vaya de vacío.
2. ¿El año de Leo? No pertenezco a su club de fans de DiCaprio y tampoco lo aborrezco, Intuyo que por fin los miembros de la Academia se van a sacudir la mala conciencia de castigarlo con seis nominaciones y convertirlo, hasta ahora, en el Poulidor de la Costa Oeste. Sólo Al Pacino sufrió un calvario parecido, y acabó mojando.
3. Tom y Tom. Extraña, mucho, que Hanks se haya quedado fuera de los aspirantes. Hardy es actor de reparto por The Revenant, por lo que tiene chances, como dicen los anglos. Lleva años haciendo papeles variados (Locke, La entrega, y por supuesto Mad Max) y creciendo con ellos.
4. Otra ausencia incomprensible, que huele a vendetta, es la de Charlize Theron por Mad Max. ¿Se le ha hinchado la vena tea party al comité de selección? ¿Les da grima obligar a votar a una cyberpunk manca?
5. ¿Quién, si no el trampero rencoroso? ¿Quién ganará el premio más codiciado (mejor película)? ¿El marciano? Es de digestión demasiado rápida. Su mayor activo, aparte de Matt Damon, es la (seudo) incursión de Ridley Scott en la comedia. ¿El puente de los espías? Demasiado académica. ¿Mad Max? Me sorprendería tanto o más que alegraría. Porque es de los escasísimos ejemplos de cine de acción inteligente y poco misógino. Pero es cine de acción, un género sin brillo en los círculos premiantes. ¿La gran apuesta? Sobre el capitalismo de amiguetes por fin se van enlazando películas de calidad. Esta se hace hueco entre la seriedad de Margin Call y el desmadre de El lobo de Wall Street.
6. ¿Brooklyn? ¿La habitación? ¿Spotlight? Hace un par de años Argo, de Ben Affleck, batió a Lincoln de Spielberg, La vida de Pi, de Ang Lee, El lado bueno de las cosas, de Russell o La noche más oscura de Katrin Bigelow. Por eso no se puede descartar a ninguno de estos supuestos filmes de relleno.
7. Protagonistas y nada secundarios. Aunque haya ausencias, ninguno de los nominados en las cuatro categorías de animación es cuestionable. Cranston, Damon, Fassbender y Redmayne se preparan para aplaudir con sonrisa forzada a DiCaprio. En las féminas (protagonistas) está mucho más incierta la cosa. Leve ventaja para Brie Larson por su globo de oro, con Blanchett, Lawrence y Ronan al acecho. En las de actrices de reparto apuesto (no es ninguna garantía) por Alicia Vikander. En los hombres, si no se lo lleva Hardy, Mark Rylance
(El puente de los espías) merece ser el tapado.
8. Animaciones y documentales. Del revés (Inside Out) se acerca a los años intratables de Pixar. Tiene el mérito adicional de llamar la atención, de intentar explicar a los niños con mucha gracia, el tema de las patologías mentales. Amy, por su lado, es un soberbio perfil psicológico de la atormentada cantante. Dudo que haya sorpresa en esas categorías.
9. En los premios al guión original o adaptado he visto demasiado chalaneo en los últimos años, así que pasopalabra. Sí espero, con ganas, ver las nominadas a mejor película en lengua no inglesa. El comité de selección lleva años siendo muy riguroso. Imposible pronosticar, ya que es una categoría muy alejada del radar de publicistas y voceros.
10. Fallados los Globos de Oro y nominados los Oscars, el balance no es en absoluto deprimente. La cosecha 2015 no ha sido ni excepcional ni olvidable. Ninguna obra magistral pero sigue habiendo muchos y buenos directores. Y, sobre todo, excelentísimos actores, que son los que dan y se parten la cara.
